Exhortación
Confesión
Absolución
Padrenuestro
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1ª Lección
Cántico 1
2ª Lección
Cántico 2
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Oración Vespertina

Fecha: 6 de abril de 2025

Quinto Domingo de Cuaresma (Domingo de Pasión)

Exhortación General

Muy amados hermanos, las Sagradas Escrituras nos exhortan en muchos lugares a confesar y reconocer la multitud de nuestros pecados y maldades, y a no disimularlas ni ocultarlas ante nuestro Dios y Padre celestial, sino a confesarlas con un corazón humilde, contrito y penitente, para alcanzar el perdón de ellas por su infinita bondad y misericordia. Y aunque en todo tiempo debemos hacer una humilde confesión de nuestras culpas ante su divina presencia, esta obligación es especialmente necesaria cuando nos reunimos para darle gracias por los grandes e inefables beneficios que recibimos de su generosa mano, para proclamar su alabanza, escuchar su santa Palabra y pedirle todo lo necesario, tanto para el cuerpo como para el alma. Por tanto, les ruego a todos los que están aquí presentes que, con un corazón verdaderamente humillado, me acompañen diciendo:

Confesión General

Padre Todopoderoso y misericordioso, nos hemos desviado de tus caminos como ovejas perdidas. Hemos seguido demasiado los deseos y anhelos de nuestro propio corazón. Hemos quebrantado tus santos mandamientos. No hemos hecho lo que debíamos hacer, y hemos hecho lo que no debíamos y no hay salud en nosotros. Pero tú, Señor, ten misericordia de nosotros, miserables pecadores. Perdona a quienes confiesan sus faltas. Restablece a los que se arrepienten, según tus promesas declaradas a la humanidad en Cristo Jesús, nuestro Señor. Y por amor a él, concédenos, oh Padre misericordioso, que de ahora en adelante vivamos una vida piadosa, justa y sobria, para la gloria de tu santo Nombre. Amén.

Absolución

El Dios Todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que no desea la muerte del pecador, sino que se convierta y viva, y que ha otorgado poder y mandato a sus ministros para declarar y pronunciar al pueblo arrepentido la absolución y el perdón de sus pecados: Él perdona y absuelve a todos los que verdaderamente se arrepienten y sinceramente creen en su evangelio. Por lo tanto, roguémosle que nos conceda un verdadero arrepentimiento y su Santo Espíritu, para que las obras que ahora realizamos le sean agradables, y para que nuestra vida de aquí en adelante sea pura y santa, de modo que finalmente podamos gozar de su gloria eterna, por Jesucristo, nuestro Señor.

Padrenuestro y Súplicas

Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. Danos hoy nuestro pan cotidiano. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.

Señor, abre nuestros labios.

Y nuestra boca proclamará tu alabanza.

Señor, apresúrate a socorrernos.

Señor, date prisa en ayudarnos.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo;

Como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Alabado sea el Señor.

El nombre del Señor sea alabado.

Salmo 32

1 Bienaventurado aquel cuya transgresión es perdonada, y cubierto su pecado.
2 Bienaventurado el hombre a quien Jehová no imputa la iniquidad y en cuyo espíritu no hay engaño.
3 Mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día.
4 Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; se volvió mi verdor en sequedades de verano Selah.
5 Mi pecado te declaré y no encubrí mi iniquidad Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; y tú perdonaste la iniquidad de mi pecado Selah.
6 Por esto orará a ti todo santo en el tiempo en que puedas ser hallado; ciertamente en la inundación de muchas aguas no llegarán estas a él.
7 Tú eres mi refugio; me guardarás de la angustia; con cánticos de liberación me rodearás Selah.
8 Te haré entender y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos.
9 No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento, cuyos arreos son cabestro y freno para sujetar su boca, porque si no, no se acercan a ti.
10 Muchos dolores habrá para el impío; mas al que espera en Jehová, lo rodeará misericordia.
11 Alegraos en Jehová y gozaos, justos, y cantad con júbilo todos vosotros los rectos de corazón.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Salmo 33

1 Alegraos, justos, en Jehová; para los rectos es hermosa la alabanza.
2 Alabad a Jehová con arpa; cantadle salmos con salterio y decacordio.
3 Cantadle cántico nuevo; hacedlo bien, tañendo con júbilo.
4 Porque recta es la palabra de Jehová, y toda su obra es hecha con verdad.
5 Él ama justicia y juicio; de la misericordia de Jehová está llena la tierra.
6 Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, y por el aliento de su boca todo el ejército de ellos.
7 Él junta como en un montón las aguas del mar; él pone en depósitos los abismos.
8 Tema a Jehová toda la tierra; tengan temor de él todos los habitantes del mundo.
9 Porque él dijo, y fue hecho; él mandó, y todo quedó firme.
10 Jehová hace nulo el consejo de las naciones y frustra los designios de los pueblos.
11 El consejo de Jehová permanecerá para siempre; los designios de su corazón, por todas las generaciones.
12 Bienaventurada la nación cuyo Dios es Jehová, el pueblo que él escogió como heredad para sí.
13 Desde los cielos miró Jehová; vio a todos los hijos de los hombres;
14 desde el lugar de su morada miró sobre todos los moradores de la tierra.
15 Él formó el corazón de todos ellos; él considera todas sus obras.
16 El rey no se salva por la multitud del ejército; no escapa el valiente por la mucha fuerza.
17 Vanidad es el caballo para salvarse; por la grandeza de su fuerza no librará a nadie.
18 He aquí, el ojo de Jehová sobre los que lo temen, sobre los que esperan en su misericordia,
19 para librar sus almas de la muerte y para darles vida en tiempo de hambre.
20 Nuestra alma espera a Jehová; nuestra ayuda y nuestro escudo es él.
21 Por tanto, en él se alegrará nuestro corazón, porque en su santo nombre hemos confiado.
22 Sea tu misericordia, oh Jehová, sobre nosotros, según esperamos en ti.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Salmo 34

1 Bendeciré a Jehová en todo tiempo; su alabanza estará continuamente en mi boca.
2 En Jehová se gloriará mi alma; lo oirán los mansos y se alegrarán.
3 Engrandeced a Jehová conmigo y ensalcemos a una su nombre.
4 Busqué a Jehová, y él me oyó y me libró de todos mis temores.
5 A él miraron y fueron alumbrados; y sus rostros no se avergonzaron.
6 Este pobre clamó, y lo oyó Jehová y lo libró de todas sus angustias.
7 El ángel de Jehová acampa alrededor de los que lo temen y los defiende.
8 Gustad y ved que es bueno Jehová; bienaventurado el hombre que confía en él.
9 Temed a Jehová, vosotros sus santos, porque nada falta a los que lo temen.
10 Los leoncillos necesitan, y tienen hambre; pero los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien.
11 Venid, hijos, oídme; el temor de Jehová os enseñaré.
12 ¿Quién es el hombre que desea vida, que desea días para ver el bien?
13 Guarda tu lengua de mal y tus labios de hablar engaño.
14 Apártate del mal y haz el bien; busca la paz y síguela.
15 Los ojos de Jehová están sobre los justos, y atentos sus oídos al clamor de ellos.
16 El rostro de Jehová está contra los que hacen el mal, para cortar de la tierra la memoria de ellos.
17 Clamaron los justos, y Jehová oyó y los libró de todas sus angustias.
18 Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón, y salva a los contritos de espíritu.
19 Muchos son los males del justo, mas de todos ellos lo librará Jehová.
20 El guarda todos sus huesos; ni uno de ellos será quebrantado.
21 Matará al malo la maldad, y los que aborrecen al justo serán condenados.
22 Jehová redime el alma de sus siervos, y no serán condenados cuantos en él confían.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Primera Lección

Éxodo 5

1 Después entraron Moisés y Aarón ante Faraón, y le dijeron: Jehová, el Dios de Israel, dice así: Deja ir a mi pueblo para que me celebre fiesta en el desierto.
2 Y Faraón respondió: ¿Quién es Jehová, para que yo oiga su voz y deje ir a Israel? Yo no conozco a Jehová ni tampoco dejaré ir a Israel.
3 Y ellos dijeron: El Dios de los hebreos nos ha encontrado; iremos, pues, ahora camino de tres días por el desierto, y sacrificaremos a Jehová nuestro Dios, para que no venga sobre nosotros con pestilencia o con espada.
4 Entonces el rey de Egipto les dijo: Moisés y Aarón, ¿por qué apartáis al pueblo de sus trabajos? Id a vuestras cargas.
5 Dijo también Faraón: He aquí el pueblo de la tierra es ahora mucho, y vosotros les hacéis cesar de sus cargas.
6 Y mandó Faraón aquel mismo día a los cuadrilleros del pueblo y a sus capataces, diciendo:
7 No volveréis a dar paja al pueblo para hacer ladrillo, como ayer y antes de ayer; vayan ellos y recojan por sí mismos la paja;
8 y habéis de imponerles la misma tarea de ladrillo que hacían antes, y no les disminuiréis nada de ella; porque están ociosos, y por eso levantan la voz diciendo: Vayamos y sacrifiquemos a nuestro Dios.
9 Agrávese la servidumbre sobre los hombres, para que se ocupen en ella y no atiendan a palabras de mentira.
10 Y saliendo los cuadrilleros del pueblo y sus capataces, hablaron al pueblo, diciendo: Así ha dicho Faraón: Yo no os doy paja.
11 Id vosotros, recoged paja donde la halléis, porque nada se disminuirá de vuestra tarea.
12 Entonces el pueblo se esparció por toda la tierra de Egipto para recoger rastrojo en lugar de paja.
13 Y los cuadrilleros los apremiaban diciendo: Acabad vuestra obra, la tarea del día en su día, como cuando había paja.
14 Y azotaban a los capataces de los hijos de Israel, que los cuadrilleros de Faraón habían puesto sobre ellos, diciendo: ¿Por qué no habéis cumplido vuestra tarea de ladrillo ni ayer ni hoy, como antes?
15 Y los capataces de los hijos de Israel fueron a Faraón y se quejaron a él diciendo: ¿Por qué haces así a tus siervos?
16 No se da paja a tus siervos, y con todo nos dicen: Haced el ladrillo Y he aquí, tus siervos son azotados, y la culpa es de tu pueblo.
17 Y él respondió: Estáis ociosos, sí, ociosos; por eso decís: Vayamos y sacrifiquemos a Jehová.
18 Y ahora id y trabajad No se os dará paja, y habéis de dar la misma tarea de ladrillo.
19 Entonces los capataces de los hijos de Israel se vieron en aflicción, habiéndoseles dicho: Nada disminuiréis de vuestro ladrillo, de la tarea de cada día.
20 Y encontrando a Moisés y a Aarón, que estaban esperándolos cuando salían de delante de Faraón,
21 les dijeron: Mire Jehová sobre vosotros y juzgue, pues habéis hecho heder nuestro olor delante de Faraón y delante de sus siervos, poniéndoles la espada en la mano para que nos maten.
22 Entonces Moisés se volvió a Jehová y dijo: Señor, ¿por qué afliges a este pueblo? ¿Para qué me enviaste?
23 Porque desde que yo fui a Faraón para hablarle en tu nombre, ha afligido a este pueblo, y tú tampoco has librado a tu pueblo.

CANTATE DOMINO

Salmo 98
1
Cantad a Jehová cántico nuevo, porque ha hecho maravillas; su diestra lo ha salvado, y su santo brazo.
2
Jehová ha hecho notoria su salvación; a vista de las naciones ha descubierto su justicia.
3
Se ha acordado de su misericordia y de su verdad para con la casa de Israel; todos los términos de la tierra han visto la salvación de nuestro Dios.
4
Cantad alegres a Jehová, toda la tierra; levantad la voz, y aplaudid, y cantad salmos.
5
Cantad salmos a Jehová con arpa; con arpa y voz de cántico.
6
Aclamad con trompetas y sonidos de bocina, delante del rey Jehová.
7
Brame el mar y su plenitud, el mundo y los que en él habitan;
8
Los ríos batan las manos, los montes todos hagan regocijo
9
Delante de Jehová, porque vino a juzgar la tierra. Juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos con rectitud.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Segunda Lección

Hebreos 8

1 Así que el punto principal de lo dicho es: Tenemos tal sumo sacerdote que se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos,
2 ministro del santuario y del verdadero tabernáculo que el Señor levantó y no el hombre.
3 Porque todo sumo sacerdote es puesto para presentar ofrendas y sacrificios, por lo cual fue necesario que también este tuviera algo que ofrecer.
4 Así que, si estuviera sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote, habiendo aún los sacerdotes que presentan las ofrendas según la ley;
5 los cuales sirven de ejemplo y sombra de las cosas celestiales, como Moisés fue advertido cuando estaba por acabar el Tabernáculo, porque él dijo: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que te ha sido mostrado en el monte.
6 Pero ahora él ha alcanzado un ministerio mucho mejor, por cuanto es mediador de un mejor pacto, el cual ha sido establecido sobre mejores promesas.
7 Porque si aquel primer pacto hubiera sido sin falta, nunca se habría procurado lugar para un segundo.
8 Porque reprendiéndolos dice: He aquí vienen días, dice el Señor, en que estableceré con la casa de Israel y con la casa de Judá un nuevo pacto;
9 no como el pacto que hice con sus padres el día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos no permanecieron en mi pacto, y yo me desentendí de ellos, dice el Señor.
10 Porque este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre el corazón de ellos las escribiré; y les seré por Dios, y ellos me serán a mí por pueblo;
11 y nadie enseñará a su prójimo, ni nadie a su hermano, diciendo: Conoce al Señor; porque todos me conocerán, desde el menor de ellos hasta el mayor de ellos.
12 Porque seré misericordioso con sus injusticias, y de sus pecados y de sus iniquidades no me acordaré más.
13 Al decir: Nuevo pacto, dio por viejo el primero; y lo que es dado por viejo y se envejece, está próximo a desvanecerse.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Credo de los Apóstoles

Creo en Dios Padre Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra; y en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor; que fue concebido por el Espíritu Santo, nació de la virgen María, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos; subió al cielo; está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso; de donde vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo; la Santa Iglesia Católica; la comunión de los santos; el perdón de los pecados; la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

Salutación y Kyrie

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Oremos.


Señor, ten misericordia de nosotros.

Cristo, ten misericordia de nosotros.

Señor, ten misericordia de nosotros.

Padrenuestro y Súplicas

Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. Danos hoy nuestro pan cotidiano. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal. Amén.

Señor, muéstranos tu misericordia.

Y concédenos tu salvación.

Señor, salva a los gobernantes.

Y escúchanos clementemente cuando te invocamos.

Llena a tus ministros de virtudes.

Y da alegría a tu pueblo elegido.

Señor Dios, defiende a tu pueblo.

Y bendice tu heredad.

Danos paz en nuestros días, oh Señor.

Porque no hay otro que luche por nosotros, sino tú, oh Dios.

Oh Dios, purifica nuestros corazones.

Y no apartes de nosotros tu Santo Espíritu.

Colecta del Día

Te suplicamos, Dios Todopoderoso, que mires misericordiosamente a tu pueblo; para que por tu gran bondad sean gobernados y preservados siempre, tanto en cuerpo como en alma, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

La segunda colecta de la Oración Vespertina

Oh Dios, de quien proceden todos los deseos santos, los buenos consejos y las obras justas; concede a tus siervos la paz que el mundo no puede dar, para que nuestros corazones se dispongan a obedecer tus mandamientos y, al ser defendidos por ti del temor de nuestros enemigos, podamos vivir en reposo y tranquilidad. Por los méritos de Jesucristo, nuestro Salvador. Amén.

La tercera colecta, para pedir ayuda contra todos los peligros

Aclara nuestras tinieblas, te suplicamos, oh Señor, y por tu gran misericordia defiéndenos de todos los peligros y riesgos de esta noche, por amor de tu único Hijo, nuestro Salvador Jesucristo. Amén.

Oración por las Autoridades Civiles

Dios Todopoderoso, cuyo reino es eterno y cuyo poder es infinito: ten misericordia de toda esta tierra, y gobierna de tal manera los corazones de todos los que tienen autoridad [especialmente — ], para que, reconociendo de quién son ministros, busquen sobre todas las cosas tu honor y gloria; y para que nosotros, junto con todo el pueblo, considerando debidamente de quién proviene la autoridad que ellos ejercen, los honremos fiel y obedientemente, conforme a tu bendita palabra y ordenanza. Por Jesucristo nuestro Señor, que contigo y el Espíritu Santo vive y reina, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Oración por el Clero y la Congregación

Dios Todopoderoso y eterno, que eres el único que hace grandes maravillas; envía sobre nuestros obispos y pastores, y sobre todas las congregaciones a su cargo, el saludable Espíritu de tu gracia; y para que realmente te agraden, derrama sobre ellos el rocío continuo de tu bendición. Concede esto, oh Señor, por el honor de nuestro abogado y mediador, Jesucristo. Amén.

Oración de San Juan Crisóstomo

Dios Todopoderoso, que nos has dado gracia para que en este momento te presentemos nuestras súplicas en común; y has prometido que cuando dos o tres estén congregados en tu nombre, les concederás sus peticiones: cumple ahora, oh Señor, los deseos y peticiones de tus siervos, según les convenga más, concediéndonos en este mundo el conocimiento de tu verdad y en el venidero la vida eterna. Amén.

2 Corintios 13:14

La gracia del Señor Jesucristo, y el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.

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