Exhortación
Confesión
Absolución
Padrenuestro
Venite
Salmos
1ª Lección
Cántico 1
2ª Lección
Cántico 2
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Colectas
Bendición

Oración Matutina

Fecha: 27 de marzo de 2025

Jueves de la Tercera Semana de Cuaresma

Exhortación General

Muy amados hermanos, las Sagradas Escrituras nos exhortan en muchos lugares a confesar y reconocer la multitud de nuestros pecados y maldades, y a no disimularlas ni ocultarlas ante nuestro Dios y Padre celestial, sino a confesarlas con un corazón humilde, contrito y penitente, para alcanzar el perdón de ellas por su infinita bondad y misericordia. Y aunque en todo tiempo debemos hacer una humilde confesión de nuestras culpas ante su divina presencia, esta obligación es especialmente necesaria cuando nos reunimos para darle gracias por los grandes e inefables beneficios que recibimos de su generosa mano, para proclamar su alabanza, escuchar su santa Palabra y pedirle todo lo necesario, tanto para el cuerpo como para el alma. Por tanto, les ruego a todos los que están aquí presentes que, con un corazón verdaderamente humillado, me acompañen diciendo:

Confesión General

Padre Todopoderoso y misericordioso, nos hemos desviado de tus caminos como ovejas perdidas. Hemos seguido demasiado los deseos y anhelos de nuestro propio corazón. Hemos quebrantado tus santos mandamientos. No hemos hecho lo que debíamos hacer, y hemos hecho lo que no debíamos y no hay salud en nosotros. Pero tú, Señor, ten misericordia de nosotros, miserables pecadores. Perdona a quienes confiesan sus faltas. Restablece a los que se arrepienten, según tus promesas declaradas a la humanidad en Cristo Jesús, nuestro Señor. Y por amor a él, concédenos, oh Padre misericordioso, que de ahora en adelante vivamos una vida piadosa, justa y sobria, para la gloria de tu santo Nombre. Amén.

Absolución

El Dios Todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que no desea la muerte del pecador, sino que se convierta y viva, y que ha otorgado poder y mandato a sus ministros para declarar y pronunciar al pueblo arrepentido la absolución y el perdón de sus pecados: Él perdona y absuelve a todos los que verdaderamente se arrepienten y sinceramente creen en su evangelio. Por lo tanto, roguémosle que nos conceda un verdadero arrepentimiento y su Santo Espíritu, para que las obras que ahora realizamos le sean agradables, y para que nuestra vida de aquí en adelante sea pura y santa, de modo que finalmente podamos gozar de su gloria eterna, por Jesucristo, nuestro Señor.

Padrenuestro y Súplicas

Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. Danos hoy nuestro pan cotidiano. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.

Señor, abre nuestros labios.

Y nuestra boca proclamará tu alabanza.

Señor, apresúrate a socorrernos.

Señor, date prisa en ayudarnos.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo;

Como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Alabado sea el Señor.

El nombre del Señor sea alabado.

Venite, Exultemus Domino

Salmo 95
1 Venid, celebremos alegremente a Jehová; cantemos con júbilo a la roca de nuestra salvación.
2 Lleguemos ante su presencia con alabanza; aclamémoslo con salmos.
3 Porque Jehová es Dios grande y Rey grande sobre todos los dioses.
4 Porque en su mano están las profundidades de la tierra y las alturas de los montes son suyas.
5 Suyo es el mar, pues él lo hizo, y sus manos formaron la tierra seca.
6 Venid, adoremos y postrémonos; arrodillémonos delante de Jehová, nuestro hacedor.
7 Porque él es nuestro Dios, y nosotros, el pueblo de su prado y ovejas de su mano. Si hoy oyereis su voz,
8 no endurezcáis vuestro corazón como en Meriba, como en el día de Masah en el desierto,
9 donde me tentaron vuestros padres, me probaron, aunque vieron mi obra.
10 Cuarenta años estuve disgustado con aquella generación, y dije: Pueblo es que divaga de corazón, y no han conocido mis caminos.
11 Por tanto, juré en mi furor que no entrarían en mi reposo.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Salmo 120

1 A Jehová invoqué estando en mi angustia y él me respondió.
2 Libra mi alma, oh Jehová, del labio mentiroso, de la lengua engañosa.
3 ¿Qué te dará, o qué te aprovechará, oh lengua engañosa?
4 Agudas saetas de valiente con brasas de enebro.
5 ¡Ay de mí, que moro en Mesec, habito entre las tiendas de Cedar!
6 Mucho tiempo ha morado mi alma con los que aborrecen la paz.
7 Yo soy pacífico, pero ellos, cuando hablo, me hacen guerra.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Salmo 121

1 Alzaré mis ojos a los montes; ¿de dónde vendrá mi socorro?
2 Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra.
3 No dará tu pie al resbaladero ni se dormirá el que te guarda.
4 He aquí, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel.
5 Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha.
6 El sol no te herirá de día ni la luna de noche.
7 Jehová te guardará de todo mal; él guardará tu alma.
8 Jehová guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Salmo 122

1 Yo me alegré con los que me decían: A la casa de Jehová iremos.
2 Nuestros pies estuvieron dentro de tus puertas, oh Jerusalén.
3 Jerusalén, que es edificada como una ciudad que está bien unida entre sí.
4 Y allá subieron las tribus, las tribus de Jah, conforme al testimonio dado a Israel, para alabar el nombre de Jehová.
5 Porque allá están los tronos del juicio, los tronos de la casa de David.
6 Pedid por la paz de Jerusalén; sean prosperados los que te aman.
7 Haya paz en tu antemuro y descanso en tus palacios.
8 A causa de mis hermanos y mis compañeros diré ahora: Sea la paz en ti.
9 A causa de la casa de Jehová nuestro Dios buscaré tu bien.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Salmo 123

1 A ti alcé mis ojos, tú que habitas en los cielos.
2 He aquí, como los ojos de los siervos miran a la mano de sus señores, como los ojos de la sierva a la mano de su señora, así nuestros ojos miran a Jehová nuestro Dios, hasta que tenga misericordia de nosotros.
3 Ten misericordia de nosotros, oh Jehová, ten misericordia de nosotros, porque estamos muy hartos de menosprecio.
4 Muy harta está nuestra alma del escarnio de los que están en holgura, del menosprecio de los soberbios.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Salmo 124

1 De no haber estado Jehová por nosotros, diga ahora Israel,
2 de no haber estado Jehová por nosotros, cuando se levantaron contra nosotros los hombres,
3 vivos nos habrían tragado entonces, cuando se encendió su furor contra nosotros.
4 Entonces las aguas nos habrían inundado, el torrente habría pasado sobre nuestra alma;
5 entonces habrían pasado sobre nuestra alma las aguas impetuosas.
6 Bendito sea Jehová, que no nos dio por presa a los dientes de ellos.
7 Nuestra alma escapó cual ave del lazo de los cazadores; el lazo se rompió y nosotros escapamos.
8 Nuestro socorro está en el nombre de Jehová, que hizo los cielos y la tierra.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Salmo 125

1 Los que confían en Jehová son como el monte Sion, que no se mueve, sino que permanece para siempre.
2 Como Jerusalén tiene montes alrededor de ella, así Jehová está alrededor de su pueblo desde ahora y para siempre.
3 Porque no reposará la vara de la impiedad sobre la porción de los justos, para que no extiendan los justos sus manos a la iniquidad.
4 Haz bien, oh Jehová, a los buenos y a los que son rectos en su corazón.
5 Mas a los que se apartan tras sus perversidades, Jehová los llevará con los que hacen iniquidad Paz sea sobre Israel.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Primera Lección

Jueces 20

1 Entonces salieron todos los hijos de Israel, y se reunió la congregación como un solo hombre, desde Dan hasta Beerseba y la tierra de Galaad, ante Jehová en Mizpa.
2 Y los principales de todo el pueblo, de todas las tribus de Israel, se hallaron presentes en la reunión del pueblo de Dios, cuatrocientos mil hombres de a pie que sacaban espada.
3 Y los hijos de Benjamín oyeron que los hijos de Israel habían subido a Mizpa Y dijeron los hijos de Israel: Decid cómo fue hecha esta maldad.
4 Entonces el hombre levita, marido de la mujer muerta, respondió y dijo: Yo llegué a Gabaa de Benjamín con mi concubina para pasar la noche.
5 Y levantándose contra mí los habitantes de Gabaa, cercaron la casa de noche por causa de mí, con la idea de matarme, y humillaron a mi concubina de tal manera que ella murió.
6 Entonces tomando yo a mi concubina, la despedacé y la envié por todo el territorio de la heredad de Israel, por cuanto han hecho vileza e infamia en Israel.
7 He aquí, todos vosotros los hijos de Israel dad aquí vuestro parecer y consejo.
8 Entonces todo el pueblo, como un solo hombre, se levantó, y dijeron: Ninguno de nosotros irá a su tienda, ni ninguno volverá a su casa,
9 sino que esto es lo que ahora haremos a Gabaa: subiremos por suertes contra ella,
10 y tomaremos diez hombres de cada cien por todas las tribus de Israel, y cien de cada mil, y mil de cada diez mil, que lleven provisión para el pueblo que ha de actuar, yendo contra Gabaa de Benjamín, conforme a toda la infamia que ha cometido en Israel.
11 Y se juntaron todos los hombres de Israel contra la ciudad, unidos como un solo hombre.
12 Y las tribus de Israel enviaron hombres por toda la tribu de Benjamín, diciendo: ¿Qué maldad es esta que ha sido hecha entre vosotros?
13 Entregad, pues, ahora a aquellos hombres hijos de Belial que están en Gabaa, para que los matemos y quitemos el mal de en medio de Israel Pero los de Benjamín no quisieron oír la voz de sus hermanos, los hijos de Israel,
14 sino que los hijos de Benjamín desde las ciudades se juntaron en Gabaa para salir a pelear contra los hijos de Israel.
15 Y fueron contados en aquel tiempo los hijos de Benjamín, de las ciudades, veintiséis mil hombres que sacaban espada, aparte de los que moraban en Gabaa, que fueron contados setecientos hombres escogidos.
16 De toda aquella gente había setecientos hombres escogidos que eran zurdos, todos los cuales tiraban una piedra con la honda a un cabello y no erraban.
17 Y fueron contados los hombres de Israel, fuera de Benjamín, cuatrocientos mil hombres que sacaban espada, todos ellos hombres de guerra.
18 Se levantaron luego los hijos de Israel, y subieron a la casa de Dios, y consultaron a Dios diciendo: ¿Quién de nosotros subirá el primero a la guerra contra los hijos de Benjamín? Y Jehová respondió: Judá será el primero.
19 Levantándose, pues, de mañana los hijos de Israel, acamparon contra Gabaa.
20 Y salieron los hijos de Israel a combatir contra Benjamín, y los hombres de Israel se dispusieron para la batalla contra ellos junto a Gabaa.
21 Entonces salieron de Gabaa los hijos de Benjamín y derribaron por tierra aquel día veintidós mil hombres de Israel.
22 Pero fortaleciéndose el pueblo, los hombres de Israel volvieron a disponerse para la batalla en el mismo lugar donde la habían ordenado el primer día.
23 Y los hijos de Israel subieron y lloraron delante de Jehová hasta la tarde, y consultaron a Jehová diciendo: ¿Volveré a pelear contra los hijos de Benjamín, mi hermano? Y Jehová les respondió: Subid contra él.
24 Y los hijos de Israel se acercaron a los hijos de Benjamín el segundo día.
25 Y aquel segundo día, saliendo Benjamín de Gabaa contra ellos, derribaron por tierra otros dieciocho mil hombres de los hijos de Israel, todos los cuales sacaban espada.
26 Entonces subieron todos los hijos de Israel, y todo el pueblo, y fueron a la casa de Dios; y lloraron, y se sentaron allí delante de Jehová, y ayunaron aquel día hasta la tarde; y sacrificaron holocaustos y ofrendas de paz delante de Jehová.
27 Y los hijos de Israel preguntaron a Jehová (pues el Arca del pacto de Dios estaba allí en aquellos días,
28 y Finees, hijo de Eleazar, hijo de Aarón, ministraba delante de ella en aquellos días), y dijeron: ¿Volveré a salir en batalla contra los hijos de Benjamín, mi hermano, o desistiré? Y Jehová dijo: Subid, porque mañana yo lo entregaré en tu mano.
29 Y puso Israel emboscadas alrededor de Gabaa.
30 Subiendo entonces los hijos de Israel contra los hijos de Benjamín el tercer día, ordenaron la batalla delante de Gabaa, como las otras veces.
31 Y saliendo los hijos de Benjamín contra el pueblo, siendo alejados de la ciudad, comenzaron a herir a algunos del pueblo, matando como las otras veces por los caminos, uno de los cuales sube a Bet-el y el otro a Gabaa por el campo; mataron a unos treinta hombres de Israel.
32 Y los hijos de Benjamín decían: Vencidos son delante de nosotros, como antes Mas los hijos de Israel decían: Huiremos y los alejaremos de la ciudad hacia los caminos.
33 Entonces, levantándose todos los de Israel de su lugar, se pusieron en orden de batalla en Baal-tamar; y también los que estaban emboscados de Israel salieron de su lugar, del prado de Gabaa.
34 Y vinieron frente a Gabaa diez mil hombres escogidos de todo Israel, y la batalla comenzó a agravarse; mas ellos no sabían que el mal venía sobre ellos.
35 Y derrotó Jehová a Benjamín delante de Israel; y mataron los hijos de Israel aquel día a veinticinco mil cien hombres de Benjamín, todos los cuales sacaban espada.
36 Y vieron los hijos de Benjamín que estaban siendo derrotados; pues los hijos de Israel habían cedido terreno a Benjamín, porque estaban confiados en las emboscadas que habían puesto detrás de Gabaa.
37 Entonces los que estaban emboscados se apresuraron y acometieron contra Gabaa, y los que estaban emboscados se extendieron e hirieron a toda la ciudad a filo de espada.
38 Y los hombres de Israel habían concertado con los que estaban emboscados que hicieran mucho fuego para que subiera una humareda de la ciudad.
39 Y cuando los hombres de Israel volvieron la espalda en la batalla, los de Benjamín comenzaron a herir y matar de Israel a unos treinta hombres, y ya decían: Ciertamente ellos han sido derrotados delante de nosotros, como en la primera batalla.
40 Pero cuando la humareda comenzó a subir de la ciudad en una columna de humo, Benjamín se volvió para mirar atrás, y he aquí que las llamas de la ciudad subían al cielo.
41 Entonces se volvieron los hombres de Israel, y los hombres de Benjamín se llenaron de temor, porque vieron que el mal había venido sobre ellos.
42 Y volvieron la espalda delante de los hombres de Israel huyendo hacia el camino del desierto; pero la batalla los alcanzó, y los que habían salido de la ciudad los mataban en medio de ellos.
43 Así cercaron a los de Benjamín, y los persiguieron y los aplastaron desde Menuhá hasta frente a Gabaa, hacia donde nace el sol.
44 Y cayeron de Benjamín dieciocho mil hombres, todos ellos hombres de guerra.
45 Y volviéndose, huyeron hacia el desierto, a la peña de Rimón, y de ellos abatieron a cinco mil hombres en los caminos; y fueron acosándolos hasta Gidom y mataron de ellos a dos mil hombres.
46 Así todos los que murieron de Benjamín aquel día fueron veinticinco mil hombres que sacaban espada, todos ellos hombres de guerra.
47 Pero se volvieron y huyeron al desierto, a la peña de Rimón, seiscientos hombres, los cuales estuvieron en la peña de Rimón cuatro meses.
48 Y los hombres de Israel volvieron contra los hijos de Benjamín y los hirieron a filo de espada, a toda la ciudad, así a las bestias como a todo lo que fue hallado; asimismo prendieron fuego a todas las ciudades que hallaron.

BENEDICITE, OMNIA OPERA

Bendecid al Señor, todas las obras del Señor

Bendecid al Señor, todas las obras del Señor:

alabadle y ensalzadle por siempre.

Bendecid, cielos, al Señor,

bendecid al Señor, Ángeles del Señor.

Bendecid al Señor todas las aguas que hay sobre los cielos:

bendiga todo poder al Señor.

Bendecid al Señor, sol y luna:

estrellas del cielo, bendecid al Señor.

Bendecid al Señor, toda la lluvia y el rocío:

todos los vientos, bendecid al Señor.

Bendecid al Señor, el fuego y el calor:

frío y calor, bendecid al Señor.

Bendecid al Señor, rocíos y escarchas:

hielo y frío, bendecid al Señor.

Bendecid al Señor, hielos y nieves:

noches y días, bendecid al Señor.

Bendecid al Señor, luz y tinieblas:

rayos y nubes, bendecid al Señor.

Bendiga la tierra al Señor:

alábele y ensálcele por siempre.

Bendecid al Señor, montes y collados:

todas las cosas que germinan en la tierra,

bendecid al Señor.

Bendecid al Señor, mares y nos:

fuentes, bendecid al Señor.

Bendecid al Señor,

ballenas y todo lo que vive en el mar:

todas las aves del cielo, bendecid al Señor.

Bendecid al Señor, todos los animales y ganados:

bendecid, hijos de los hombres, al Señor.

Bendice, Israel al Señor:

alabadle y ensalzadle por siempre.

Bendecid al Señor, sacerdotes del Señor:

bendecid al Señor, siervos del Señor.

Bendecid al Señor, espíritus y almas de los justos:

santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.

Bendecid al Señor, Ananías, Azarías y Misael:

alabadle y ensalzadle por siempre.

Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo:

alabémosle y ensalcémosle por siempre.

Bendito eres en el firmamento del cielo:

y loable y glorioso por siempre.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Segunda Lección

Juan 14

1 No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.
2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si no fuera así, os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.
3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez y os tomaré a mí mismo; para que donde yo estoy, vosotros también estéis.
4 Y sabéis adónde yo voy, y sabéis el camino.
5 Le dijo Tomás: Señor, no sabemos adónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino?
6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
7 Si me conocierais, también conoceríais a mi Padre; y desde ahora lo conocéis, y lo habéis visto.
8 Le dijo Felipe: Señor, muéstranos al Padre y nos basta.
9 Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido? Felipe, el que me ha visto a mí ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos al Padre?
10 ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo de mí mismo; sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras.
11 Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras.
12 De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago también él las hará; y mayores que estas hará, porque yo voy a mi Padre.
13 Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, esto haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
14 Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.
15 Si me amáis, guardad mis mandamientos;
16 y yo rogaré al Padre, y él os dará otro Consolador, para que more con vosotros para siempre:
17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no lo ve ni lo conoce; mas vosotros lo conocéis, porque mora con vosotros y estará en vosotros.
18 No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros.
19 Todavía un poco y el mundo no me verá más, pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis.
20 En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros.
21 El que tiene mis mandamientos y los guarda, aquel es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo lo amaré, y me manifestaré a él.
22 Le dijo Judas, no el Iscariote: Señor, ¿qué ha pasado para que te vayas a manifestar a nosotros y no al mundo?
23 Respondió Jesús y le dijo: Si alguno me ama, mi palabra guardará; y mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.
24 El que no me ama no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió.
25 Estas cosas os he hablado estando con vosotros.
26 Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas y os recordará todas las cosas que os he dicho.
27 La paz os dejo, mi paz os doy; no como el mundo la da, yo os la doy No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo.
28 Habéis oído que yo os he dicho: Voy, y vengo a vosotros Si me amarais, ciertamente os regocijaríais, porque he dicho que voy al Padre; porque el Padre es mayor que yo.
29 Y ahora os lo he dicho antes que suceda, para que, cuando suceda, creáis.
30 No hablaré ya mucho con vosotros, porque viene el príncipe de este mundo, y no tiene nada en mí.
31 Pero para que el mundo conozca que amo al Padre, y como el Padre me dio el mandamiento, así hago Levantaos, vámonos de aquí.

BENEDICTUS

San Lucas 1:68-79
68
Bendito el Señor, Dios de Israel, que ha visitado y hecho redención a su pueblo,
69
y nos levantó un cuerno de salvación en la casa de David, su siervo
70
(como habló por boca de sus santos profetas que fueron desde el principio),
71
salvación de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos aborrecieron;
72
para hacer misericordia con nuestros padres y acordarse de su santo pacto;
73
del juramento que juró a Abraham, nuestro padre, que nos había de dar,
74
que sin temor, librados de la mano de nuestros enemigos, lo serviríamos
75
en santidad y en justicia delante de él, todos los días de nuestra vida.
76
Y tú, niño, profeta del Altísimo serás llamado; porque irás delante de la faz del Señor para preparar sus caminos,
77
para dar conocimiento de salvación a su pueblo, por la remisión de sus pecados,
78
por la entrañable misericordia de nuestro Dios, con que nos visitó de lo alto la aurora,
79
para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte, para encaminar nuestros pies por camino de paz.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Credo de los Apóstoles

Creo en Dios Padre Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra; y en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor; que fue concebido por el Espíritu Santo, nació de la virgen María, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos; subió al cielo; está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso; de donde vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo; la Santa Iglesia Católica; la comunión de los santos; el perdón de los pecados; la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

Salutación y Kyrie

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Oremos.


Señor, ten misericordia de nosotros.

Cristo, ten misericordia de nosotros.

Señor, ten misericordia de nosotros.

Padrenuestro y Súplicas

Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. Danos hoy nuestro pan cotidiano. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal. Amén.

Señor, muéstranos tu misericordia.

Y concédenos tu salvación.

Señor, salva a los gobernantes.

Y escúchanos clementemente cuando te invocamos.

Llena a tus ministros de virtudes.

Y da alegría a tu pueblo elegido.

Señor Dios, defiende a tu pueblo.

Y bendice tu heredad.

Danos paz en nuestros días, oh Señor.

Porque no hay otro que luche por nosotros, sino tú, oh Dios.

Oh Dios, purifica nuestros corazones.

Y no apartes de nosotros tu Santo Espíritu.

Colecta del Día

Te suplicamos, Dios Todopoderoso, que mires los deseos sinceros de tus humildes siervos, y extiendas la diestra de tu Majestad para ser nuestra defensa contra todos nuestros enemigos, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Segunda colecta por la paz

Oh Dios, autor de la paz y amante de la concordia, de cuyo conocimiento depende nuestra vida eterna, y cuyo servicio es plena libertad; defiende a estos tus humildes siervos en todos los ataques de nuestros enemigos, para que confiando plenamente en tu protección, no tengamos motivo de temer el poder de ningún adversario, por el poder de Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Tercera colecta por la gracia

Señor, nuestro Padre celestial, eterno y Todopoderoso, que nos has llevado con seguridad al comienzo de este día: guárdanos en él con tu gran poder, y concede que hoy no caigamos en ningún pecado ni enfrentemos peligro alguno; antes bien, que todas nuestras acciones sean dirigidas por tu guía, para que siempre hagamos lo que es justo y agradable a tus ojos, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Oración por las Autoridades Civiles

Dios Todopoderoso, cuyo reino es eterno y cuyo poder es infinito: ten misericordia de toda esta tierra, y gobierna de tal manera los corazones de todos los que tienen autoridad [especialmente — ], para que, reconociendo de quién son ministros, busquen sobre todas las cosas tu honor y gloria; y para que nosotros, junto con todo el pueblo, considerando debidamente de quién proviene la autoridad que ellos ejercen, los honremos fiel y obedientemente, conforme a tu bendita palabra y ordenanza. Por Jesucristo nuestro Señor, que contigo y el Espíritu Santo vive y reina, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Oración por el Clero y la Congregación

Dios Todopoderoso y eterno, que eres el único que hace grandes maravillas; envía sobre nuestros obispos y pastores, y sobre todas las congregaciones a su cargo, el saludable Espíritu de tu gracia; y para que realmente te agraden, derrama sobre ellos el rocío continuo de tu bendición. Concede esto, oh Señor, por el honor de nuestro abogado y mediador, Jesucristo. Amén.

Oración de San Juan Crisóstomo

Dios Todopoderoso, que nos has dado gracia para que en este momento te presentemos nuestras súplicas en común; y has prometido que cuando dos o tres estén congregados en tu nombre, les concederás sus peticiones: cumple ahora, oh Señor, los deseos y peticiones de tus siervos, según les convenga más, concediéndonos en este mundo el conocimiento de tu verdad y en el venidero la vida eterna. Amén.

2 Corintios 13:14

La gracia del Señor Jesucristo, y el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.

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