Exhortación
Confesión
Absolución
Padrenuestro
Venite
Salmos
1ª Lección
Cántico 1
2ª Lección
Cántico 2
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Colectas
Bendición

Oración Matutina

Fecha: 23 de marzo de 2025

Tercer Domingo de Cuaresma

Exhortación General

Muy amados hermanos, las Sagradas Escrituras nos exhortan en muchos lugares a confesar y reconocer la multitud de nuestros pecados y maldades, y a no disimularlas ni ocultarlas ante nuestro Dios y Padre celestial, sino a confesarlas con un corazón humilde, contrito y penitente, para alcanzar el perdón de ellas por su infinita bondad y misericordia. Y aunque en todo tiempo debemos hacer una humilde confesión de nuestras culpas ante su divina presencia, esta obligación es especialmente necesaria cuando nos reunimos para darle gracias por los grandes e inefables beneficios que recibimos de su generosa mano, para proclamar su alabanza, escuchar su santa Palabra y pedirle todo lo necesario, tanto para el cuerpo como para el alma. Por tanto, les ruego a todos los que están aquí presentes que, con un corazón verdaderamente humillado, me acompañen diciendo:

Confesión General

Padre Todopoderoso y misericordioso, nos hemos desviado de tus caminos como ovejas perdidas. Hemos seguido demasiado los deseos y anhelos de nuestro propio corazón. Hemos quebrantado tus santos mandamientos. No hemos hecho lo que debíamos hacer, y hemos hecho lo que no debíamos y no hay salud en nosotros. Pero tú, Señor, ten misericordia de nosotros, miserables pecadores. Perdona a quienes confiesan sus faltas. Restablece a los que se arrepienten, según tus promesas declaradas a la humanidad en Cristo Jesús, nuestro Señor. Y por amor a él, concédenos, oh Padre misericordioso, que de ahora en adelante vivamos una vida piadosa, justa y sobria, para la gloria de tu santo Nombre. Amén.

Absolución

El Dios Todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que no desea la muerte del pecador, sino que se convierta y viva, y que ha otorgado poder y mandato a sus ministros para declarar y pronunciar al pueblo arrepentido la absolución y el perdón de sus pecados: Él perdona y absuelve a todos los que verdaderamente se arrepienten y sinceramente creen en su evangelio. Por lo tanto, roguémosle que nos conceda un verdadero arrepentimiento y su Santo Espíritu, para que las obras que ahora realizamos le sean agradables, y para que nuestra vida de aquí en adelante sea pura y santa, de modo que finalmente podamos gozar de su gloria eterna, por Jesucristo, nuestro Señor.

Padrenuestro y Súplicas

Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. Danos hoy nuestro pan cotidiano. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.

Señor, abre nuestros labios.

Y nuestra boca proclamará tu alabanza.

Señor, apresúrate a socorrernos.

Señor, date prisa en ayudarnos.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo;

Como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Alabado sea el Señor.

El nombre del Señor sea alabado.

Venite, Exultemus Domino

Salmo 95
1 Venid, celebremos alegremente a Jehová; cantemos con júbilo a la roca de nuestra salvación.
2 Lleguemos ante su presencia con alabanza; aclamémoslo con salmos.
3 Porque Jehová es Dios grande y Rey grande sobre todos los dioses.
4 Porque en su mano están las profundidades de la tierra y las alturas de los montes son suyas.
5 Suyo es el mar, pues él lo hizo, y sus manos formaron la tierra seca.
6 Venid, adoremos y postrémonos; arrodillémonos delante de Jehová, nuestro hacedor.
7 Porque él es nuestro Dios, y nosotros, el pueblo de su prado y ovejas de su mano. Si hoy oyereis su voz,
8 no endurezcáis vuestro corazón como en Meriba, como en el día de Masah en el desierto,
9 donde me tentaron vuestros padres, me probaron, aunque vieron mi obra.
10 Cuarenta años estuve disgustado con aquella generación, y dije: Pueblo es que divaga de corazón, y no han conocido mis caminos.
11 Por tanto, juré en mi furor que no entrarían en mi reposo.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Salmo 110

1 Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.
2 Jehová enviará desde Sion la vara de tu poder: Domina en medio de tus enemigos.
3 Tu pueblo se ofrecerá voluntariamente en el día de tu poder, en la hermosura de la santidad; desde el seno de la aurora, tienes tú el rocío de tu juventud.
4 Juró Jehová y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.
5 El Señor está a tu diestra; herirá a los reyes en el día de su furor.
6 Juzgará entre las naciones, las llenará de cadáveres; herirá la cabeza que domina sobre muchas tierras.
7 Beberá del arroyo en el camino, por lo cual levantará la cabeza.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Salmo 111

1 Alabaré a Jehová con todo el corazón en la compañía y congregación de los rectos.
2 Grandes son las obras de Jehová, buscadas de todos los que las quieren.
3 Gloria y hermosura es su obra, y su justicia permanece para siempre.
4 Hizo memorables sus maravillas; clemente y misericordioso es Jehová.
5 Dio alimento a los que lo temen; para siempre se acordará de su pacto.
6 El poder de sus obras anunció a su pueblo, dándoles la heredad de las naciones.
7 Las obras de sus manos son verdad y juicio; fieles son todos sus preceptos,
8 afirmados eternamente y para siempre, hechos en verdad y rectitud.
9 Redención ha enviado a su pueblo; para siempre ha ordenado su pacto Santo y temible es su nombre.
10 El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; buen entendimiento tienen todos los que ponen por obra sus mandamientos; su loor permanece para siempre.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Salmo 112

1 Bienaventurado el hombre que teme a Jehová y en sus mandamientos se deleita en gran manera.
2 Su descendencia será poderosa en la tierra; la generación de los rectos será bendita.
3 Bienes y riquezas hay en su casa, y su justicia permanece para siempre.
4 Resplandeció en las tinieblas luz a los rectos; es clemente, y misericordioso, y justo.
5 El hombre bueno tiene misericordia y presta; gobierna sus cosas con juicio.
6 Por lo cual no resbalará jamás; en memoria eterna será el justo.
7 No tendrá temor de malas noticias; su corazón está firme, confiado en Jehová.
8 Asegurado está su corazón, no temerá, hasta que vea en sus enemigos la venganza.
9 Repartió, dio a los pobres; su justicia permanece para siempre; su cuerno será ensalzado en gloria.
10 Lo verá el impío y se irritará; crujirá los dientes y se consumirá; el deseo de los impíos perecerá.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Salmo 113

1 Alabad, siervos de Jehová, alabad el nombre de Jehová.
2 Sea el nombre de Jehová bendito desde ahora y para siempre.
3 Desde el nacimiento del sol hasta donde se pone, sea alabado el nombre de Jehová.
4 Ensalzado sobre todas las naciones es Jehová, sobre los cielos su gloria.
5 ¿Quién como Jehová nuestro Dios, que se sienta en lo alto,
6 que se humilla a mirar en los cielos y en la tierra?
7 Él levanta del polvo al pobre, y al menesteroso alza del estercolero,
8 para hacerlo sentar con los príncipes, con los príncipes de su pueblo.
9 Él hace habitar en familia a la estéril, gozosa de ser madre de hijos Aleluya.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Primera Lección

Génesis 39

1 Fue bajado, pues, José a Egipto, y lo compró Potifar, oficial de Faraón, capitán de la guardia, varón egipcio, de mano de los ismaelitas que lo habían llevado allá.
2 Mas Jehová estaba con José, y fue varón próspero, y estaba en la casa de su señor el egipcio.
3 Y vio su señor que Jehová estaba con él, y que todo lo que él hacía, Jehová lo hacía prosperar en su mano.
4 Así halló José gracia a sus ojos, y lo servía; y él lo hizo mayordomo de su casa y entregó en su poder todo lo que tenía.
5 Y aconteció que, desde que le dio el encargo de su casa y de todo lo que tenía, Jehová bendijo la casa del egipcio a causa de José; y la bendición de Jehová fue sobre todo lo que tenía, así en casa como en el campo.
6 Y dejó todo lo que tenía en mano de José, y con él allí no se preocupaba de nada más que del pan que comía Y José era de hermoso semblante y bella presencia.
7 Y aconteció después de estas cosas que la mujer de su señor puso sus ojos en José y dijo: Acuéstate conmigo.
8 Pero él no quiso, y dijo a la mujer de su señor: He aquí que conmigo mi señor no se preocupaba de lo que hay en casa, y ha puesto en mi mano todo lo que tiene;
9 no hay otro mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto tú eres su mujer; ¿cómo, pues, haría yo este gran mal y pecaría contra Dios?
10 Y sucedió que, hablando ella a José cada día, él no la escuchaba para acostarse al lado de ella, para estar con ella.
11 Y aconteció que entró él un día en casa para hacer su oficio, y allí en casa, no había ninguno de los hombres de la casa,
12 y ella lo asió por su ropa diciendo: Acuéstate conmigo Entonces él dejó su ropa en las manos de ella, y huyó, y salió afuera.
13 Y aconteció que, cuando ella vio que le había dejado su ropa en sus manos y había huido afuera,
14 llamó a los hombres de su casa, y les habló diciendo: Mirad, nos ha traído un hombre hebreo para burlarse de nosotros Vino él a mí para acostarse conmigo, y yo di grandes voces.
15 Y sucedió que, viendo que yo alzaba la voz y gritaba, dejó junto a mí su ropa, y huyó, y salió afuera.
16 Y ella puso junto a sí la ropa de él, hasta que vino su señor a su casa.
17 Entonces ella le habló conforme a estas palabras, diciendo: El siervo hebreo que nos trajiste vino a mí para burlarse de mí;
18 y sucedió que cuando yo alcé mi voz y grité, él dejó su ropa junto a mí y huyó afuera.
19 Y sucedió que al oír su señor las palabras que su mujer le habló diciendo: Así me ha tratado tu siervo; se encendió su furor.
20 Y tomó su señor a José y lo puso en la casa de la cárcel, lugar donde estaban los presos del rey, y estuvo allí en la casa de la cárcel.
21 Mas Jehová estuvo con José y le extendió su misericordia, y le dio gracia a ojos del principal de la casa de la cárcel.
22 Y el principal de la casa de la cárcel entregó en mano de José todos los presos que había en la casa de la cárcel; y todo lo que se hacía allí, él lo hacía.
23 No se cuidaba el principal de la casa de la cárcel de cosa alguna que estuviera en su mano, porque Jehová estaba con él, y lo que él hacía, Jehová lo prosperaba.

BENEDICITE, OMNIA OPERA

Bendecid al Señor, todas las obras del Señor

Bendecid al Señor, todas las obras del Señor:

alabadle y ensalzadle por siempre.

Bendecid, cielos, al Señor,

bendecid al Señor, Ángeles del Señor.

Bendecid al Señor todas las aguas que hay sobre los cielos:

bendiga todo poder al Señor.

Bendecid al Señor, sol y luna:

estrellas del cielo, bendecid al Señor.

Bendecid al Señor, toda la lluvia y el rocío:

todos los vientos, bendecid al Señor.

Bendecid al Señor, el fuego y el calor:

frío y calor, bendecid al Señor.

Bendecid al Señor, rocíos y escarchas:

hielo y frío, bendecid al Señor.

Bendecid al Señor, hielos y nieves:

noches y días, bendecid al Señor.

Bendecid al Señor, luz y tinieblas:

rayos y nubes, bendecid al Señor.

Bendiga la tierra al Señor:

alábele y ensálcele por siempre.

Bendecid al Señor, montes y collados:

todas las cosas que germinan en la tierra,

bendecid al Señor.

Bendecid al Señor, mares y nos:

fuentes, bendecid al Señor.

Bendecid al Señor,

ballenas y todo lo que vive en el mar:

todas las aves del cielo, bendecid al Señor.

Bendecid al Señor, todos los animales y ganados:

bendecid, hijos de los hombres, al Señor.

Bendice, Israel al Señor:

alabadle y ensalzadle por siempre.

Bendecid al Señor, sacerdotes del Señor:

bendecid al Señor, siervos del Señor.

Bendecid al Señor, espíritus y almas de los justos:

santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.

Bendecid al Señor, Ananías, Azarías y Misael:

alabadle y ensalzadle por siempre.

Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo:

alabémosle y ensalcémosle por siempre.

Bendito eres en el firmamento del cielo:

y loable y glorioso por siempre.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Segunda Lección

Juan 10

1 De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, el tal es ladrón y salteador.
2 Mas el que entra por la puerta es el pastor de las ovejas.
3 A este abre el portero, y las ovejas oyen su voz, y a sus propias ovejas llama por nombre, y las saca.
4 Y cuando ha sacado fuera sus ovejas, va delante de ellas; y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz.
5 Mas al extraño no seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.
6 Esta comparación les dijo Jesús; mas ellos no entendieron qué era lo que les decía.
7 Entonces volvió Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas.
8 Todos los que antes de mí vinieron son ladrones y salteadores, pero las ovejas no los oyeron.
9 Yo soy la puerta; el que por mí entrare será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.
10 El ladrón no viene sino para hurtar, y matar, y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
11 Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.
12 Mas el asalariado, y el que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo, y deja las ovejas, y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa.
13 El asalariado huye porque es asalariado, y no tiene cuidado de las ovejas.
14 Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y soy conocido por las mías.
15 Como el Padre me conoce, también yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.
16 También tengo otras ovejas que no son de este redil; también a ellas debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.
17 Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida para volverla a tomar.
18 Nadie me la quita, sino que yo la pongo de mí mismo Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar Este mandamiento recibí de mi Padre.
19 Entonces volvió a haber disensión entre los judíos por estas palabras.
20 Y muchos de ellos decían: Demonio tiene, y está fuera de sí; ¿por qué lo oís?
21 Decían otros: Estas palabras no son de un endemoniado; ¿puede acaso un demonio abrir los ojos de los ciegos?
22 Y se celebró en Jerusalén la fiesta de la Dedicación, y era invierno;
23 y Jesús andaba en el Templo por el pórtico de Salomón.
24 Y lo rodearon los judíos y le dijeron: ¿Hasta cuándo tendrás nuestra alma en suspenso? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente.
25 Les respondió Jesús: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí;
26 pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho.
27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen;
28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.
29 Mi Padre que me las dio, mayor que todos es; y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.
30 Yo y el Padre uno somos.
31 Entonces los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearlo.
32 Les respondió Jesús: Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre; ¿por cuál de esas obras me apedreáis?
33 Le respondieron los judíos diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por blasfemia; y porque tú, siendo hombre, te haces Dios.
34 Les respondió Jesús: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije: Sois dioses?
35 Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada);
36 ¿a quien el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Blasfemas, porque dije: Soy Hijo de Dios?
37 Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis.
38 Mas si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que conozcáis y creáis que el Padre está en mí, y yo en él.
39 Por eso procuraban otra vez prenderlo; mas él se escapó de sus manos.
40 Y se fue de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde Juan primero había estado bautizando; y se quedó allí.
41 Y muchos venían a él, y decían: Juan, a la verdad, ninguna señal hizo; mas todo lo que Juan dijo de este era verdad.
42 Y muchos creyeron en él allí.

BENEDICTUS

San Lucas 1:68-79
68
Bendito el Señor, Dios de Israel, que ha visitado y hecho redención a su pueblo,
69
y nos levantó un cuerno de salvación en la casa de David, su siervo
70
(como habló por boca de sus santos profetas que fueron desde el principio),
71
salvación de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos aborrecieron;
72
para hacer misericordia con nuestros padres y acordarse de su santo pacto;
73
del juramento que juró a Abraham, nuestro padre, que nos había de dar,
74
que sin temor, librados de la mano de nuestros enemigos, lo serviríamos
75
en santidad y en justicia delante de él, todos los días de nuestra vida.
76
Y tú, niño, profeta del Altísimo serás llamado; porque irás delante de la faz del Señor para preparar sus caminos,
77
para dar conocimiento de salvación a su pueblo, por la remisión de sus pecados,
78
por la entrañable misericordia de nuestro Dios, con que nos visitó de lo alto la aurora,
79
para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte, para encaminar nuestros pies por camino de paz.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Credo de los Apóstoles

Creo en Dios Padre Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra; y en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor; que fue concebido por el Espíritu Santo, nació de la virgen María, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos; subió al cielo; está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso; de donde vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo; la Santa Iglesia Católica; la comunión de los santos; el perdón de los pecados; la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

Salutación y Kyrie

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Oremos.


Señor, ten misericordia de nosotros.

Cristo, ten misericordia de nosotros.

Señor, ten misericordia de nosotros.

Padrenuestro y Súplicas

Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. Danos hoy nuestro pan cotidiano. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal. Amén.

Señor, muéstranos tu misericordia.

Y concédenos tu salvación.

Señor, salva a los gobernantes.

Y escúchanos clementemente cuando te invocamos.

Llena a tus ministros de virtudes.

Y da alegría a tu pueblo elegido.

Señor Dios, defiende a tu pueblo.

Y bendice tu heredad.

Danos paz en nuestros días, oh Señor.

Porque no hay otro que luche por nosotros, sino tú, oh Dios.

Oh Dios, purifica nuestros corazones.

Y no apartes de nosotros tu Santo Espíritu.

Colecta del Día

Te suplicamos, Dios Todopoderoso, que mires los deseos sinceros de tus humildes siervos, y extiendas la diestra de tu Majestad para ser nuestra defensa contra todos nuestros enemigos, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Segunda colecta por la paz

Oh Dios, autor de la paz y amante de la concordia, de cuyo conocimiento depende nuestra vida eterna, y cuyo servicio es plena libertad; defiende a estos tus humildes siervos en todos los ataques de nuestros enemigos, para que confiando plenamente en tu protección, no tengamos motivo de temer el poder de ningún adversario, por el poder de Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Tercera colecta por la gracia

Señor, nuestro Padre celestial, eterno y Todopoderoso, que nos has llevado con seguridad al comienzo de este día: guárdanos en él con tu gran poder, y concede que hoy no caigamos en ningún pecado ni enfrentemos peligro alguno; antes bien, que todas nuestras acciones sean dirigidas por tu guía, para que siempre hagamos lo que es justo y agradable a tus ojos, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Oración por las Autoridades Civiles

Dios Todopoderoso, cuyo reino es eterno y cuyo poder es infinito: ten misericordia de toda esta tierra, y gobierna de tal manera los corazones de todos los que tienen autoridad [especialmente — ], para que, reconociendo de quién son ministros, busquen sobre todas las cosas tu honor y gloria; y para que nosotros, junto con todo el pueblo, considerando debidamente de quién proviene la autoridad que ellos ejercen, los honremos fiel y obedientemente, conforme a tu bendita palabra y ordenanza. Por Jesucristo nuestro Señor, que contigo y el Espíritu Santo vive y reina, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Oración por el Clero y la Congregación

Dios Todopoderoso y eterno, que eres el único que hace grandes maravillas; envía sobre nuestros obispos y pastores, y sobre todas las congregaciones a su cargo, el saludable Espíritu de tu gracia; y para que realmente te agraden, derrama sobre ellos el rocío continuo de tu bendición. Concede esto, oh Señor, por el honor de nuestro abogado y mediador, Jesucristo. Amén.

Oración de San Juan Crisóstomo

Dios Todopoderoso, que nos has dado gracia para que en este momento te presentemos nuestras súplicas en común; y has prometido que cuando dos o tres estén congregados en tu nombre, les concederás sus peticiones: cumple ahora, oh Señor, los deseos y peticiones de tus siervos, según les convenga más, concediéndonos en este mundo el conocimiento de tu verdad y en el venidero la vida eterna. Amén.

2 Corintios 13:14

La gracia del Señor Jesucristo, y el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.

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