Exhortación
Confesión
Absolución
Padrenuestro
Salmos
1ª Lección
Cántico 1
2ª Lección
Cántico 2
Credo
Oraciones
Colectas
Bendición

Oración Vespertina

Fecha: 22 de marzo de 2025

Sábado de la Segunda Semana de Cuaresma

Exhortación General

Muy amados hermanos, las Sagradas Escrituras nos exhortan en muchos lugares a confesar y reconocer la multitud de nuestros pecados y maldades, y a no disimularlas ni ocultarlas ante nuestro Dios y Padre celestial, sino a confesarlas con un corazón humilde, contrito y penitente, para alcanzar el perdón de ellas por su infinita bondad y misericordia. Y aunque en todo tiempo debemos hacer una humilde confesión de nuestras culpas ante su divina presencia, esta obligación es especialmente necesaria cuando nos reunimos para darle gracias por los grandes e inefables beneficios que recibimos de su generosa mano, para proclamar su alabanza, escuchar su santa Palabra y pedirle todo lo necesario, tanto para el cuerpo como para el alma. Por tanto, les ruego a todos los que están aquí presentes que, con un corazón verdaderamente humillado, me acompañen diciendo:

Confesión General

Padre Todopoderoso y misericordioso, nos hemos desviado de tus caminos como ovejas perdidas. Hemos seguido demasiado los deseos y anhelos de nuestro propio corazón. Hemos quebrantado tus santos mandamientos. No hemos hecho lo que debíamos hacer, y hemos hecho lo que no debíamos y no hay salud en nosotros. Pero tú, Señor, ten misericordia de nosotros, miserables pecadores. Perdona a quienes confiesan sus faltas. Restablece a los que se arrepienten, según tus promesas declaradas a la humanidad en Cristo Jesús, nuestro Señor. Y por amor a él, concédenos, oh Padre misericordioso, que de ahora en adelante vivamos una vida piadosa, justa y sobria, para la gloria de tu santo Nombre. Amén.

Absolución

El Dios Todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que no desea la muerte del pecador, sino que se convierta y viva, y que ha otorgado poder y mandato a sus ministros para declarar y pronunciar al pueblo arrepentido la absolución y el perdón de sus pecados: Él perdona y absuelve a todos los que verdaderamente se arrepienten y sinceramente creen en su evangelio. Por lo tanto, roguémosle que nos conceda un verdadero arrepentimiento y su Santo Espíritu, para que las obras que ahora realizamos le sean agradables, y para que nuestra vida de aquí en adelante sea pura y santa, de modo que finalmente podamos gozar de su gloria eterna, por Jesucristo, nuestro Señor.

Padrenuestro y Súplicas

Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. Danos hoy nuestro pan cotidiano. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.

Señor, abre nuestros labios.

Y nuestra boca proclamará tu alabanza.

Señor, apresúrate a socorrernos.

Señor, date prisa en ayudarnos.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo;

Como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Alabado sea el Señor.

El nombre del Señor sea alabado.

Salmo 108

1 Mi corazón está dispuesto, oh Dios; cantaré y entonaré salmos todavía con mi gloria.
2 Despiértate, salterio y arpa; despertaré al alba.
3 Te alabaré, oh Jehová, entre los pueblos; a ti cantaré salmos entre las naciones,
4 porque más grande que los cielos es tu misericordia y hasta los cielos tu verdad.
5 Ensálzate, oh Dios, sobre los cielos, y sobre toda la tierra sea tu gloria.
6 Para que sean librados tus amados, salva con tu diestra y respóndeme.
7 Dios dijo en su santuario: Me alegraré, repartiré a Siquem y mediré el valle de Sucot.
8 Mío es Galaad, mío es Manasés y Efraín es la fortaleza de mi cabeza; Judá es mi legislador;
9 Moab, la vasija para lavarme; sobre Edom echaré mi calzado; me regocijaré sobre Filistea.
10 ¿Quién me llevará a la ciudad fortificada? ¿Quién me guiará hasta Edom?
11 ¿No serás tú, oh Dios, que nos habías desechado y no salías, oh Dios, con nuestros ejércitos?
12 Danos socorro en la angustia, porque vana es la salvación que viene del hombre.
13 En Dios haremos proezas y él hollará a nuestros enemigos.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Salmo 109

1 Oh Dios de mi alabanza, no calles,
2 porque boca de impío y boca de engañador se han abierto contra mí; han hablado de mí con lengua mentirosa,
3 y con palabras de odio me rodearon, y pelearon contra mí sin causa.
4 En pago de mi amor me han sido adversarios; pero yo oraba.
5 Y me devolvieron mal por bien y odio por mi amor.
6 Pon sobre él al impío y Satanás esté a su diestra.
7 Cuando sea juzgado, salga culpable, y su oración sea para pecado.
8 Sean pocos sus días, tome otro su oficio.
9 Sean sus hijos huérfanos y su mujer viuda.
10 Y anden sus hijos vagabundos y mendiguen, y procuren su pan lejos de sus desolados lugares.
11 Se apodere el acreedor de todo lo que tiene y extraños saqueen su trabajo.
12 No tenga quien le haga misericordia ni haya quien tenga compasión de sus huérfanos.
13 Su posteridad sea cortada; en la siguiente generación sea borrado su nombre.
14 Venga en memoria ante Jehová la iniquidad de sus padres y el pecado de su madre no sea borrado;
15 estén siempre delante de Jehová y él corte de la tierra su memoria,
16 por cuanto no se acordó de hacer misericordia, y persiguió al hombre afligido y menesteroso, y al quebrantado de corazón, para matarlo.
17 Y amó la maldición, y esta le vino; y no quiso la bendición, y ella se alejó de él.
18 Y se vistió de maldición como de su vestido, y entró como agua en sus entrañas y como aceite en sus huesos.
19 Le sea como vestido con que se cubra y en lugar de cinto con que se ciña siempre.
20 Este sea el pago de parte de Jehová a los que me calumnian y a los que hablan mal contra mi alma.
21 Y tú, Señor Jehová, haz bien conmigo por causa de tu nombre; líbrame, porque tu misericordia es buena;
22 porque yo estoy afligido y necesitado, y mi corazón está herido dentro de mí.
23 Me voy como la sombra cuando declina; soy sacudido como langosta.
24 Mis rodillas están debilitadas a causa del ayuno y mi carne desfallece por falta de gordura.
25 Yo he sido para ellos objeto de oprobio; me miraban y meneaban su cabeza.
26 Ayúdame, Jehová, Dios mío; sálvame conforme a tu misericordia.
27 Y entiendan que esta es tu mano, que tú, Jehová, has hecho esto.
28 Maldigan ellos, pero bendice tú; levántense, mas sean avergonzados, y regocíjese tu siervo.
29 Sean vestidos de ignominia los que me calumnian y sean cubiertos de su propia confusión como con manto.
30 Yo alabaré a Jehová en gran manera con mi boca, y en medio de muchos lo alabaré,
31 porque él se pondrá a la diestra del pobre, para librar su alma de los que lo juzgan.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Primera Lección

Jueces 13

1 Y los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo a los ojos de Jehová, y Jehová los entregó en mano de los filisteos por cuarenta años.
2 Y había un hombre de Zora, de la tribu de Dan, el cual se llamaba Manoa; y su mujer era estéril y nunca había dado a luz.
3 Y el ángel de Jehová se apareció a la mujer y le dijo: He aquí que tú eres estéril y no has dado a luz, pero concebirás y darás a luz un hijo.
4 Y ahora, guárdate, pues, y no bebas vino ni cerveza, ni comas cosa inmunda.
5 Porque he aquí que tú concebirás y darás a luz un hijo; y no pasará navaja sobre su cabeza, porque el niño será nazareo de Dios desde el vientre, y él comenzará a salvar a Israel de mano de los filisteos.
6 Y la mujer vino y habló a su marido, diciendo: Un varón de Dios vino a mí, cuyo aspecto era como el aspecto de un ángel de Dios, temible en gran manera; y no le pregunté de dónde era, ni tampoco él me dijo su nombre.
7 Y me dijo: He aquí que tú concebirás y darás a luz un hijo; ahora, pues, no bebas vino ni cerveza, ni comas cosa inmunda, porque el niño será nazareo de Dios desde el vientre hasta el día de su muerte.
8 Entonces oró Manoa a Jehová y dijo: Ah, Señor mío, yo te ruego que el varón de Dios que enviaste vuelva ahora a venir a nosotros y nos enseñe lo que tengamos que hacer con el niño que ha de nacer.
9 Y Dios oyó la voz de Manoa; y el ángel de Dios volvió otra vez a la mujer, estando ella en el campo, mas su marido Manoa no estaba con ella.
10 Y la mujer corrió prontamente y se lo contó a su marido, diciéndole: He aquí que se me ha aparecido el varón que vino a mí el otro día.
11 Y se levantó Manoa y siguió a su mujer, y llegó al varón y le dijo: ¿tú aquel varón que hablaste a la mujer? Y él dijo: Yo soy.
12 Entonces Manoa dijo: Cúmplase, pues, tu palabra ¿Cuál será la norma de vida del niño, y qué ha de hacer?
13 Y el ángel de Jehová respondió a Manoa: La mujer se guardará de todas las cosas que yo le dije:
14 ella no comerá lo que proceda de vid que da vino; no beberá vino ni cerveza, y no comerá nada inmundo; ha de guardar todo lo que le mandé.
15 Entonces Manoa dijo al ángel de Jehová: Te ruego que nos permitas detenerte, y que preparemos delante de ti un cabrito de las cabras.
16 Y el ángel de Jehová respondió a Manoa: Aunque me detengas, no comeré de tu pan; pero si quieres hacer holocausto, sacrifícalo a Jehová Y no sabía Manoa que aquel fuera el ángel de Jehová.
17 Entonces dijo Manoa al ángel de Jehová: ¿Cuál es tu nombre, para que cuando se cumpla tu palabra te honremos?
18 Y el ángel de Jehová respondió: ¿Por qué preguntas por mi nombre, que es maravilloso?
19 Y Manoa tomó un cabrito de las cabras y un presente, y lo sacrificó sobre una peña a Jehová; y el ángel hizo un milagro, y Manoa y su mujer miraban.
20 Porque aconteció que cuando la llama subía del altar hacia el cielo, el ángel de Jehová subió en la llama del altar; y al verlo, Manoa y su mujer se postraron en tierra sobre sus rostros.
21 Y el ángel de Jehová no volvió a aparecer a Manoa ni a su mujer Entonces supo Manoa que era el ángel de Jehová.
22 Y dijo Manoa a su mujer: Ciertamente moriremos, porque hemos visto a Dios.
23 Y su mujer le respondió: Si Jehová nos quisiera matar, no tomaría de nuestras manos el holocausto y el presente, ni nos habría mostrado todas estas cosas, ni ahora nos habría anunciado esto.
24 Y la mujer dio a luz un hijo y llamó su nombre Sansón Y el niño creció, y Jehová lo bendijo.
25 Y el Espíritu de Jehová comenzó a impulsarlo en Mahané-dan, entre Zora y Estaol.

CANTATE DOMINO

Salmo 98
1
Cantad a Jehová cántico nuevo, porque ha hecho maravillas; su diestra lo ha salvado, y su santo brazo.
2
Jehová ha hecho notoria su salvación; a vista de las naciones ha descubierto su justicia.
3
Se ha acordado de su misericordia y de su verdad para con la casa de Israel; todos los términos de la tierra han visto la salvación de nuestro Dios.
4
Cantad alegres a Jehová, toda la tierra; levantad la voz, y aplaudid, y cantad salmos.
5
Cantad salmos a Jehová con arpa; con arpa y voz de cántico.
6
Aclamad con trompetas y sonidos de bocina, delante del rey Jehová.
7
Brame el mar y su plenitud, el mundo y los que en él habitan;
8
Los ríos batan las manos, los montes todos hagan regocijo
9
Delante de Jehová, porque vino a juzgar la tierra. Juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos con rectitud.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Segunda Lección

1 Timoteo 6

1 Todos los que están bajo yugo como siervos tengan a sus amos por dignos de toda honra, para que no sea blasfemado el nombre de Dios ni la doctrina.
2 Y los que tienen amos creyentes no los tengan en menos por ser hermanos, sino sírvanlos mejor, por cuanto son creyentes y amados los que se benefician de su buen servicio Esto enseña y exhorta.
3 Si alguno enseña otra doctrina, y no asiente a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo y a la doctrina que es conforme a la piedad,
4 está envanecido, nada sabe, sino que está enloquecido acerca de disputas y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, maledicencias, malas sospechas,
5 disputas vanas de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que tienen la piedad por fuente de ganancia; apártate de los tales.
6 Pero gran ganancia es la piedad con contentamiento;
7 porque nada hemos traído a este mundo y, sin duda, nada podremos sacar.
8 Así que, teniendo sustento y con qué cubrirnos, estemos contentos con esto.
9 Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas que hunden a los hombres en destrucción y perdición.
10 Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe y fueron traspasados de muchos dolores.
11 Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre.
12 Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho buena profesión delante de muchos testigos.
13 Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Cristo Jesús, que testificó la buena profesión delante de Poncio Pilato,
14 que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo;
15 la cual a su tiempo mostrará el bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes y Señor de señores,
16 el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible, a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver; a quien sea la honra y el imperio sempiterno Amén.
17 A los ricos de este siglo manda que no sean altivos ni pongan la esperanza en la incertidumbre de las riquezas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos;
18 que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, que sean dadivosos, generosos,
19 atesorando para sí buen fundamento para el futuro, que echen mano de la vida eterna.
20 Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, evitando las profanas y vanas palabrerías, y los argumentos de la falsamente llamada ciencia,
21 la cual profesando algunos, se desviaron acerca de la fe La gracia sea contigo Amén.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Credo de los Apóstoles

Creo en Dios Padre Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra; y en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor; que fue concebido por el Espíritu Santo, nació de la virgen María, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos; subió al cielo; está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso; de donde vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo; la Santa Iglesia Católica; la comunión de los santos; el perdón de los pecados; la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

Salutación y Kyrie

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Oremos.


Señor, ten misericordia de nosotros.

Cristo, ten misericordia de nosotros.

Señor, ten misericordia de nosotros.

Padrenuestro y Súplicas

Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. Danos hoy nuestro pan cotidiano. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal. Amén.

Señor, muéstranos tu misericordia.

Y concédenos tu salvación.

Señor, salva a los gobernantes.

Y escúchanos clementemente cuando te invocamos.

Llena a tus ministros de virtudes.

Y da alegría a tu pueblo elegido.

Señor Dios, defiende a tu pueblo.

Y bendice tu heredad.

Danos paz en nuestros días, oh Señor.

Porque no hay otro que luche por nosotros, sino tú, oh Dios.

Oh Dios, purifica nuestros corazones.

Y no apartes de nosotros tu Santo Espíritu.

Colecta del Día

Dios Todopoderoso, que ves que no tenemos poder en nosotros mismos para ayudarnos: Guárdanos tanto exteriormente en nuestros cuerpos como interiormente en nuestras almas; para que seamos defendidos de todas las adversidades que puedan acontecer al cuerpo, y de todos los malos pensamientos que puedan asaltar y herir el alma, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

La segunda colecta de la Oración Vespertina

Oh Dios, de quien proceden todos los deseos santos, los buenos consejos y las obras justas; concede a tus siervos la paz que el mundo no puede dar, para que nuestros corazones se dispongan a obedecer tus mandamientos y, al ser defendidos por ti del temor de nuestros enemigos, podamos vivir en reposo y tranquilidad. Por los méritos de Jesucristo, nuestro Salvador. Amén.

La tercera colecta, para pedir ayuda contra todos los peligros

Aclara nuestras tinieblas, te suplicamos, oh Señor, y por tu gran misericordia defiéndenos de todos los peligros y riesgos de esta noche, por amor de tu único Hijo, nuestro Salvador Jesucristo. Amén.

Oración por las Autoridades Civiles

Dios Todopoderoso, cuyo reino es eterno y cuyo poder es infinito: ten misericordia de toda esta tierra, y gobierna de tal manera los corazones de todos los que tienen autoridad [especialmente — ], para que, reconociendo de quién son ministros, busquen sobre todas las cosas tu honor y gloria; y para que nosotros, junto con todo el pueblo, considerando debidamente de quién proviene la autoridad que ellos ejercen, los honremos fiel y obedientemente, conforme a tu bendita palabra y ordenanza. Por Jesucristo nuestro Señor, que contigo y el Espíritu Santo vive y reina, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Oración por el Clero y la Congregación

Dios Todopoderoso y eterno, que eres el único que hace grandes maravillas; envía sobre nuestros obispos y pastores, y sobre todas las congregaciones a su cargo, el saludable Espíritu de tu gracia; y para que realmente te agraden, derrama sobre ellos el rocío continuo de tu bendición. Concede esto, oh Señor, por el honor de nuestro abogado y mediador, Jesucristo. Amén.

Oración de San Juan Crisóstomo

Dios Todopoderoso, que nos has dado gracia para que en este momento te presentemos nuestras súplicas en común; y has prometido que cuando dos o tres estén congregados en tu nombre, les concederás sus peticiones: cumple ahora, oh Señor, los deseos y peticiones de tus siervos, según les convenga más, concediéndonos en este mundo el conocimiento de tu verdad y en el venidero la vida eterna. Amén.

2 Corintios 13:14

La gracia del Señor Jesucristo, y el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.

Día Anterior Hoy Día Siguiente