Exhortación
Confesión
Absolución
Padrenuestro
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Cántico 1
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Oración Vespertina

Fecha: 15 de enero de 2025

El Miércoles en la Primera Semana después de la Epifanía

Exhortación General

Muy amados hermanos, las Sagradas Escrituras nos exhortan en muchos lugares a confesar y reconocer la multitud de nuestros pecados y maldades, y a no disimularlas ni ocultarlas ante nuestro Dios y Padre celestial, sino a confesarlas con un corazón humilde, contrito y penitente, para alcanzar el perdón de ellas por su infinita bondad y misericordia. Y aunque en todo tiempo debemos hacer una humilde confesión de nuestras culpas ante su divina presencia, esta obligación es especialmente necesaria cuando nos reunimos para darle gracias por los grandes e inefables beneficios que recibimos de su generosa mano, para proclamar su alabanza, escuchar su santa Palabra y pedirle todo lo necesario, tanto para el cuerpo como para el alma. Por tanto, les ruego a todos los que están aquí presentes que, con un corazón verdaderamente humillado, me acompañen diciendo:

Confesión General

Padre Todopoderoso y misericordioso, nos hemos desviado de tus caminos como ovejas perdidas. Hemos seguido demasiado los deseos y anhelos de nuestro propio corazón. Hemos quebrantado tus santos mandamientos. No hemos hecho lo que debíamos hacer, y hemos hecho lo que no debíamos y no hay salud en nosotros. Pero tú, Señor, ten misericordia de nosotros, miserables pecadores. Perdona a quienes confiesan sus faltas. Restablece a los que se arrepienten, según tus promesas declaradas a la humanidad en Cristo Jesús, nuestro Señor. Y por amor a él, concédenos, oh Padre misericordioso, que de ahora en adelante vivamos una vida piadosa, justa y sobria, para la gloria de tu santo Nombre. Amén.

Absolución

El Dios Todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que no desea la muerte del pecador, sino que se convierta y viva, y que ha otorgado poder y mandato a sus ministros para declarar y pronunciar al pueblo arrepentido la absolución y el perdón de sus pecados: Él perdona y absuelve a todos los que verdaderamente se arrepienten y sinceramente creen en su evangelio. Por lo tanto, roguémosle que nos conceda un verdadero arrepentimiento y su Santo Espíritu, para que las obras que ahora realizamos le sean agradables, y para que nuestra vida de aquí en adelante sea pura y santa, de modo que finalmente podamos gozar de su gloria eterna, por Jesucristo, nuestro Señor.

Padrenuestro y Súplicas

Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. Danos hoy nuestro pan cotidiano. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.

Señor, abre nuestros labios.

Y nuestra boca proclamará tu alabanza.

Señor, apresúrate a socorrernos.

Señor, date prisa en ayudarnos.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo;

Como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Alabado sea el Señor.

El nombre del Señor sea alabado.

Salmo 78

1 Escucha, pueblo mío, mi ley; Inclinad vuestro oído a las palabras de mi boca.
2 Abriré mi boca en proverbios; Hablaré cosas escondidas desde tiempos antiguos,
3 Las cuales hemos oído y entendido; Que nuestros padres nos las contaron.
4 No las encubriremos a sus hijos, Contando a la generación venidera las alabanzas de Jehová, Y su potencia, y las maravillas que hizo.
5 El estableció testimonio en Jacob, Y puso ley en Israel, La cual mandó a nuestros padres Que la notificasen a sus hijos;
6 Para que lo sepa la generación venidera, y los hijos que nacerán; Y los que se levantarán lo cuenten a sus hijos,
7 A fin de que pongan en Dios su confianza, Y no se olviden de las obras de Dios; Que guarden sus mandamientos,
8 Y no sean como sus padres, Generación contumaz y rebelde; Generación que no dispuso su corazón, Ni fue fiel para con Dios su espíritu.
9 Los hijos de Efraín, arqueros armados, Volvieron las espaldas en el día de la batalla.
10 No guardaron el pacto de Dios, Ni quisieron andar en su ley;
11 Sino que se olvidaron de sus obras, Y de sus maravillas que les había mostrado.
12 Delante de sus padres hizo maravillas En la tierra de Egipto, en el campo de Zoán.
13 Dividió el mar y los hizo pasar; Detuvo las aguas como en un montón.
14 Les guió de día con nube, Y toda la noche con resplandor de fuego.
15 Hendió las peñas en el desierto, Y les dio a beber como de grandes abismos,
16 Pues sacó de la peña corrientes, E hizo descender aguas como ríos.
17 Pero aún volvieron a pecar contra él, Rebelándose contra el Altísimo en el desierto;
18 Pues tentaron a Dios en su corazón, Pidiendo comida a su gusto.
19 Y hablaron contra Dios, Diciendo: ¿Podrá poner mesa en el desierto?
20 He aquí ha herido la peña, y brotaron aguas, Y torrentes inundaron la tierra; ¿Podrá dar también pan? ¿Dispondrá carne para su pueblo?
21 Por tanto, oyó Jehová, y se indignó; Se encendió el fuego contra Jacob, Y el furor subió también contra Israel,
22 Por cuanto no habían creído a Dios, Ni habían confiado en su salvación.
23 Sin embargo, mandó a las nubes de arriba, Y abrió las puertas de los cielos,
24 E hizo llover sobre ellos maná para que comiesen, Y les dio trigo de los cielos.
25 Pan de nobles comió el hombre; Les envió comida hasta saciarles.
26 Movió el solano en el cielo, Y trajo con su poder el viento sur,
27 E hizo llover sobre ellos carne como polvo, Como arena del mar, aves que vuelan.
28 Las hizo caer en medio del campamento, Alrededor de sus tiendas.
29 Comieron, y se saciaron; Les cumplió, pues, su deseo.
30 No habían quitado de sí su anhelo, Aún estaba la comida en su boca,
31 Cuando vino sobre ellos el furor de Dios, E hizo morir a los más robustos de ellos, Y derribó a los escogidos de Israel.
32 Con todo esto, pecaron aún, Y no dieron crédito a sus maravillas.
33 Por tanto, consumió sus días en vanidad, Y sus años en tribulación.
34 Si los hacía morir, entonces buscaban a Dios; Entonces se volvían solícitos en busca suya,
35 Y se acordaban de que Dios era su refugio, Y el Dios Altísimo su redentor.
36 Pero le lisonjeaban con su boca, Y con su lengua le mentían;
37 Pues sus corazones no eran rectos con él, Ni estuvieron firmes en su pacto.
38 Pero él, misericordioso, perdonaba la maldad, y no los destruía; Y apartó muchas veces su ira, Y no despertó todo su enojo.
39 Se acordó de que eran carne, Soplo que va y no vuelve.
40 ¡Cuántas veces se rebelaron contra él en el desierto, Lo enojaron en el yermo!
41 Y volvían, y tentaban a Dios, Y provocaban al Santo de Israel.
42 No se acordaron de su mano, Del día que los redimió de la angustia;
43 Cuando puso en Egipto sus señales, Y sus maravillas en el campo de Zoán;
44 Y volvió sus ríos en sangre, Y sus corrientes, para que no bebiesen.
45 Envió entre ellos enjambres de moscas que los devoraban, Y ranas que los destruían.
46 Dio también a la oruga sus frutos, Y sus labores a la langosta.
47 Sus viñas destruyó con granizo, Y sus higuerales con escarcha;
48 Entregó al pedrisco sus bestias, Y sus ganados a los rayos.
49 Envió sobre ellos el ardor de su ira; Enojo, indignación y angustia, Un ejército de ángeles destructores.
50 Dispuso camino a su furor; No eximió la vida de ellos de la muerte, Sino que entregó su vida a la mortandad.
51 Hizo morir a todo primogénito en Egipto, Las primicias de su fuerza en las tiendas de Cam.
52 Hizo salir a su pueblo como ovejas, Y los llevó por el desierto como un rebaño.
53 Los guió con seguridad, de modo que no tuvieran temor; Y el mar cubrió a sus enemigos.
54 Los trajo después a las fronteras de su tierra santa, A este monte que ganó su mano derecha.
55 Echó las naciones de delante de ellos; Con cuerdas repartió sus tierras en heredad, E hizo habitar en sus moradas a las tribus de Israel.
56 Pero ellos tentaron y enojaron al Dios Altísimo, Y no guardaron sus testimonios;
57 Sino que se volvieron y se rebelaron como sus padres; Se volvieron como arco engañoso.
58 Le enojaron con sus lugares altos, Y le provocaron a celo con sus imágenes de talla.
59 Lo oyó Dios y se enojó, Y en gran manera aborreció a Israel.
60 Dejó, por tanto, el tabernáculo de Silo, La tienda en que habitó entre los hombres,
61 Y entregó a cautiverio su poderío, Y su gloria en mano del enemigo.
62 Entregó también su pueblo a la espada, Y se irritó contra su heredad.
63 El fuego devoró a sus jóvenes, Y sus vírgenes no fueron loadas en cantos nupciales.
64 Sus sacerdotes cayeron a espada, Y sus viudas no hicieron lamentación.
65 Entonces despertó el Señor como quien duerme, Como un valiente que grita excitado del vino,
66 E hirió a sus enemigos por detrás; Les dio perpetua afrenta.
67 Desechó la tienda de José, Y no escogió la tribu de Efraín,
68 Sino que escogió la tribu de Judá, El monte de Sion, al cual amó.
69 Edificó su santuario a manera de eminencia, Como la tierra que cimentó para siempre.
70 Eligió a David su siervo, Y lo tomó de las majadas de las ovejas;
71 De tras las paridas lo trajo, Para que apacentase a Jacob su pueblo, Y a Israel su heredad.
72 Y los apacentó conforme a la integridad de su corazón, Los pastoreó con la pericia de sus manos.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Primera Lección

Génesis 28

1 Entonces Isaac llamó a Jacob, y lo bendijo, y le mandó diciendo: No tomes mujer de las hijas de Canaán.
2 Levántate, ve a Padan-aram, a casa de Betuel, padre de tu madre, y toma allí mujer de las hijas de Labán, hermano de tu madre.
3 Y el Dios omnipotente te bendiga, y te haga fructificar y te multiplique, hasta llegar a ser multitud de pueblos;
4 y te dé la bendición de Abraham, y a tu descendencia contigo, para que heredes la tierra en que moras, que Dios dio a Abraham.
5 Así envió Isaac a Jacob, el cual fue a Padan-aram, a Labán hijo de Betuel arameo, hermano de Rebeca madre de Jacob y de Esaú.
6 Y vio Esaú cómo Isaac había bendecido a Jacob, y le había enviado a Padan-aram, para tomar para sí mujer de allí; y que cuando le bendijo, le había mandado diciendo: No tomarás mujer de las hijas de Canaán;
7 y que Jacob había obedecido a su padre y a su madre, y se había ido a Padan-aram.
8 Vio asimismo Esaú que las hijas de Canaán parecían mal a Isaac su padre;
9 y se fue Esaú a Ismael, y tomó para sí por mujer a Mahalat, hija de Ismael hijo de Abraham, hermana de Nebaiot, además de sus otras mujeres.
10 Salió, pues, Jacob de Beerseba, y fue a Harán.
11 Y llegó a un cierto lugar, y durmió allí, porque ya el sol se había puesto; y tomó de las piedras de aquel paraje y puso a su cabecera, y se acostó en aquel lugar.
12 Y soñó: y he aquí una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo; y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella.
13 Y he aquí, Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Jehová, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia.
14 Será tu descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente.
15 He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho.
16 Y despertó Jacob de su sueño, y dijo: Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía.
17 Y tuvo miedo, y dijo: ¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios, y puerta del cielo.
18 Y se levantó Jacob de mañana, y tomó la piedra que había puesto de cabecera, y la alzó por señal, y derramó aceite encima de ella.
19 Y llamó el nombre de aquel lugar Bet-el, aunque Luz era el nombre de la ciudad primero.
20 E hizo Jacob voto, diciendo: Si fuere Dios conmigo, y me guardare en este viaje en que voy, y me diere pan para comer y vestido para vestir,
21 y si volviere en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios.
22 Y esta piedra que he puesto por señal, será casa de Dios; y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti.

MAGNIFICAT

San Lucas 1:46-55
46
Engrandece mi alma al Señor;
47
Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador.
48
Porque ha mirado la bajeza de su sierva; pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones.
49
Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; Santo es su nombre,
50
Y su misericordia es de generación en generación a los que le temen.
51
Hizo proezas con su brazo; esparció a los soberbios en el pensamiento de sus corazones.
52
Quitó de los tronos a los poderosos, y exaltó a los humildes.
53
A los hambrientos colmó de bienes, y a los ricos envió vacíos.
54
Socorrió a Israel su siervo, acordándose de la misericordia
55
De la cual habló a nuestros padres, para con Abraham y su descendencia para siempre.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Segunda Lección

Romanos 13

1 Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.
2 De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.
3 Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella;
4 porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo.
5 Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia.
6 Pues por esto pagáis también los tributos, porque son servidores de Dios que atienden continuamente a esto mismo.
7 Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra.
8 No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley.
9 Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
10 El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor.
11 Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos.
12 La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz.
13 Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia,
14 sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne.

NUNC DIMITTIS

San Lucas 2:29-32
29
Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz, conforme a tu palabra;
30
Porque han visto mis ojos tu salvación,
31
La cual has preparado en presencia de todos los pueblos;
32
Luz para revelación a los gentiles, y gloria de tu pueblo Israel.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Credo de los Apóstoles

Creo en Dios Padre Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra; y en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor; que fue concebido por el Espíritu Santo, nació de la virgen María, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos; subió al cielo; está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso; de donde vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo; la Santa Iglesia Católica; la comunión de los santos; el perdón de los pecados; la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

Salutación y Kyrie

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Oremos.


Señor, ten misericordia de nosotros.

Cristo, ten misericordia de nosotros.

Señor, ten misericordia de nosotros.

Padrenuestro y Súplicas

Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. Danos hoy nuestro pan cotidiano. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal. Amén.

Señor, muéstranos tu misericordia.

Y concédenos tu salvación.

Señor, salva a los gobernantes.

Y escúchanos clementemente cuando te invocamos.

Llena a tus ministros de virtudes.

Y da alegría a tu pueblo elegido.

Señor Dios, defiende a tu pueblo.

Y bendice tu heredad.

Danos paz en nuestros días, oh Señor.

Porque no hay otro que luche por nosotros, sino tú, oh Dios.

Oh Dios, purifica nuestros corazones.

Y no apartes de nosotros tu Santo Espíritu.

Colecta del Día

Oh Señor, te rogamos misericordiosamente que recibas las oraciones de tu pueblo que te invoca; y concede que puedan tanto percibir como saber qué cosas deben hacer, y también que tengan la gracia y el poder para cumplirlas fielmente, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

La segunda colecta de la Oración Vespertina

Oh Dios, de quien proceden todos los deseos santos, los buenos consejos y las obras justas; concede a tus siervos la paz que el mundo no puede dar, para que nuestros corazones se dispongan a obedecer tus mandamientos y, al ser defendidos por ti del temor de nuestros enemigos, podamos vivir en reposo y tranquilidad. Por los méritos de Jesucristo, nuestro Salvador. Amén.

La tercera colecta, para pedir ayuda contra todos los peligros

Aclara nuestras tinieblas, te suplicamos, oh Señor, y por tu gran misericordia defiéndenos de todos los peligros y riesgos de esta noche, por amor de tu único Hijo, nuestro Salvador Jesucristo. Amén.

Oración por las Autoridades Civiles

Dios Todopoderoso, cuyo reino es eterno y cuyo poder es infinito: ten misericordia de toda esta tierra, y gobierna de tal manera los corazones de todos los que tienen autoridad [especialmente — ], para que, reconociendo de quién son ministros, busquen sobre todas las cosas tu honor y gloria; y para que nosotros, junto con todo el pueblo, considerando debidamente de quién proviene la autoridad que ellos ejercen, los honremos fiel y obedientemente, conforme a tu bendita palabra y ordenanza. Por Jesucristo nuestro Señor, que contigo y el Espíritu Santo vive y reina, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Oración por el Clero y la Congregación

Dios Todopoderoso y eterno, que eres el único que hace grandes maravillas; envía sobre nuestros obispos y pastores, y sobre todas las congregaciones a su cargo, el saludable Espíritu de tu gracia; y para que realmente te agraden, derrama sobre ellos el rocío continuo de tu bendición. Concede esto, oh Señor, por el honor de nuestro abogado y mediador, Jesucristo. Amén.

Oración de San Juan Crisóstomo

Dios Todopoderoso, que nos has dado gracia para que en este momento te presentemos nuestras súplicas en común; y has prometido que cuando dos o tres estén congregados en tu nombre, les concederás sus peticiones: cumple ahora, oh Señor, los deseos y peticiones de tus siervos, según les convenga más, concediéndonos en este mundo el conocimiento de tu verdad y en el venidero la vida eterna. Amén.

2 Corintios 13:14

La gracia del Señor Jesucristo, y el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.

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