Exhortación
Confesión
Absolución
Padrenuestro
Salmos
1ª Lección
Cántico 1
2ª Lección
Cántico 2
Credo
Oraciones
Colectas
Bendición

Oración Vespertina

Fecha: 1 de abril de 2025

Martes de la Cuarta Semana de Cuaresma

Exhortación General

Muy amados hermanos, las Sagradas Escrituras nos exhortan en muchos lugares a confesar y reconocer la multitud de nuestros pecados y maldades, y a no disimularlas ni ocultarlas ante nuestro Dios y Padre celestial, sino a confesarlas con un corazón humilde, contrito y penitente, para alcanzar el perdón de ellas por su infinita bondad y misericordia. Y aunque en todo tiempo debemos hacer una humilde confesión de nuestras culpas ante su divina presencia, esta obligación es especialmente necesaria cuando nos reunimos para darle gracias por los grandes e inefables beneficios que recibimos de su generosa mano, para proclamar su alabanza, escuchar su santa Palabra y pedirle todo lo necesario, tanto para el cuerpo como para el alma. Por tanto, les ruego a todos los que están aquí presentes que, con un corazón verdaderamente humillado, me acompañen diciendo:

Confesión General

Padre Todopoderoso y misericordioso, nos hemos desviado de tus caminos como ovejas perdidas. Hemos seguido demasiado los deseos y anhelos de nuestro propio corazón. Hemos quebrantado tus santos mandamientos. No hemos hecho lo que debíamos hacer, y hemos hecho lo que no debíamos y no hay salud en nosotros. Pero tú, Señor, ten misericordia de nosotros, miserables pecadores. Perdona a quienes confiesan sus faltas. Restablece a los que se arrepienten, según tus promesas declaradas a la humanidad en Cristo Jesús, nuestro Señor. Y por amor a él, concédenos, oh Padre misericordioso, que de ahora en adelante vivamos una vida piadosa, justa y sobria, para la gloria de tu santo Nombre. Amén.

Absolución

El Dios Todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que no desea la muerte del pecador, sino que se convierta y viva, y que ha otorgado poder y mandato a sus ministros para declarar y pronunciar al pueblo arrepentido la absolución y el perdón de sus pecados: Él perdona y absuelve a todos los que verdaderamente se arrepienten y sinceramente creen en su evangelio. Por lo tanto, roguémosle que nos conceda un verdadero arrepentimiento y su Santo Espíritu, para que las obras que ahora realizamos le sean agradables, y para que nuestra vida de aquí en adelante sea pura y santa, de modo que finalmente podamos gozar de su gloria eterna, por Jesucristo, nuestro Señor.

Padrenuestro y Súplicas

Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. Danos hoy nuestro pan cotidiano. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.

Señor, abre nuestros labios.

Y nuestra boca proclamará tu alabanza.

Señor, apresúrate a socorrernos.

Señor, date prisa en ayudarnos.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo;

Como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Alabado sea el Señor.

El nombre del Señor sea alabado.

Salmo 6

1 Jehová, no me reprendas en tu furor ni me castigues con tu ira.
2 Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque yo estoy debilitado; sáname, oh Jehová, porque mis huesos se estremecen.
3 Mi alma también está muy turbada; y tú, Jehová, ¿hasta cuándo?
4 Vuélvete, oh Jehová, libra mi alma; sálvame por tu misericordia.
5 Porque en la muerte no hay memoria de ti; ¿quién te loará en el sepulcro?
6 Me he consumido con mi gemido; toda la noche inundo mi cama, riego mi lecho con mis lágrimas.
7 Mis ojos están consumidos de pesar; se han envejecido a causa de todos mis angustiadores.
8 Apartaos de mí, todos los hacedores de iniquidad, porque Jehová ha oído la voz de mi llanto.
9 Jehová ha oído mi ruego; ha recibido Jehová mi oración.
10 Se avergonzarán y se turbarán mucho todos mis enemigos; se volverán y serán avergonzados de repente.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Salmo 7

1 Jehová, Dios mío, en ti he confiado; sálvame de todos los que me persiguen, y líbrame;
2 no sea que alguno arrebate mi alma, cual león que despedaza, sin que haya quien libre.
3 Jehová, Dios mío, si yo he hecho esto, si hay en mis manos iniquidad,
4 si he dado mal pago al que estaba en paz conmigo (hasta he libertado al que sin causa era mi enemigo),
5 persiga el enemigo mi alma y alcáncela, y pise en tierra mi vida, y mi honra ponga en el polvo Selah.
6 Levántate, oh Jehová, en tu furor; álzate a causa de la ira de mis angustiadores, y despierta en favor mío el juicio que mandaste.
7 Y te rodeará congregación de pueblos, y sobre ella vuélvete a levantar en alto.
8 Jehová juzgará a los pueblos Júzgame, oh Jehová, conforme a mi justicia y conforme a mi integridad.
9 Acábese ahora la maldad de los malos, mas establece al justo; pues el Dios justo es el que prueba el corazón y la conciencia.
10 Mi escudo está en Dios, que salva a los rectos de corazón.
11 Dios es el que juzga al justo; y Dios está airado todos los días contra el impío.
12 Si no se convierte, él afilará su espada; ha tensado su arco y lo ha preparado.
13 Asimismo ha preparado para él armas de muerte; ha labrado sus saetas para los perseguidores.
14 He aquí ha tenido parto de iniquidad, concibió dolor y dio a luz mentira.
15 Pozo ha cavado y lo ha ahondado, y en la fosa que hizo caerá.
16 Su dolor volverá sobre su cabeza y su agravio descenderá sobre su coronilla.
17 Alabaré a Jehová conforme a su justicia y cantaré salmos al nombre de Jehová, el Altísimo.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Salmo 8

1 Oh Jehová, Señor nuestro, ¡cuán grande es tu nombre en toda la tierra, tú que has puesto tu gloria sobre los cielos!
2 De la boca de los niños y de los que maman, fundaste la fortaleza a causa de tus enemigos, para hacer cesar al enemigo y al vengador.
3 Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste,
4 digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites?
5 Pues lo has hecho poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloria y de honra.
6 Lo hiciste enseñorear sobre las obras de tus manos; todo lo pusiste debajo de sus pies:
7 ovejas y bueyes, todo ello, y asimismo las bestias del campo,
8 las aves de los cielos y los peces del mar, todo cuanto pasa por las sendas de los mares.
9 Oh Jehová, Señor nuestro, ¡cuán grande es tu nombre en toda la tierra!

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Primera Lección

1 Samuel 6

1 Y estuvo el Arca de Jehová en la tierra de los filisteos siete meses.
2 Entonces los filisteos, llamando a los sacerdotes y adivinos, preguntaron: ¿Qué haremos con el Arca de Jehová? Hacednos saber cómo la hemos de enviar a su lugar.
3 Y ellos dijeron: Si enviáis el Arca del Dios de Israel, no la enviéis vacía, sino que ciertamente le pagaréis una ofrenda por la culpa; entonces seréis sanados y conoceréis por qué su mano no se apartó de vosotros.
4 Y ellos dijeron: ¿Y cuál será la ofrenda por la culpa que le hemos de pagar? Y ellos respondieron: Conforme al número de los príncipes de los filisteos, cinco hemorroides de oro y cinco ratones de oro, porque la misma plaga que todos tienen, tienen también vuestros príncipes.
5 Haréis, pues, las figuras de vuestras hemorroides y las figuras de vuestros ratones que destruyen la tierra, y daréis gloria al Dios de Israel; quizá aliviará su mano de sobre vosotros, y de sobre vuestros dioses, y de sobre vuestra tierra.
6 ¿Por qué, pues, endurecéis vuestro corazón, como los egipcios y Faraón endurecieron su corazón? Después que los hubo tratado así, ¿no los dejaron ir, y se fueron?
7 Haced, pues, ahora un carro nuevo, y tomad luego dos vacas que críen, a las cuales no haya sido puesto yugo, y uncid las vacas al carro, y haced volver sus becerros de detrás de ellas a casa.
8 Tomaréis luego el Arca de Jehová y la pondréis sobre el carro; y poned en una caja al lado de ella los objetos de oro que le pagaréis como ofrenda por la culpa, y la dejaréis que se vaya.
9 Y mirad: si sube por el camino de su término a Bet-semes, él nos ha hecho este mal tan grande; y si no, sabremos que su mano no nos hirió, nos ocurrió por accidente.
10 Y aquellos hombres lo hicieron así, pues tomaron dos vacas que criaban, y las uncieron al carro, y encerraron en casa sus becerros.
11 Luego pusieron el Arca de Jehová sobre el carro, y la caja con los ratones de oro y las figuras de sus hemorroides.
12 Y las vacas se dirigieron por el camino de Bet-semes, e iban por un mismo camino andando y bramando, sin apartarse ni a la derecha ni a la izquierda; y los príncipes de los filisteos fueron tras ellas hasta el término de Bet-semes.
13 Y los de Bet-semes segaban el trigo en el valle; y alzaron sus ojos y vieron el Arca, y se alegraron cuando la vieron.
14 Y el carro llegó al campo de Josué, el bet-semita, y se paró allí, porque allí había una gran piedra; y ellos cortaron la madera del carro y ofrecieron las vacas en holocausto a Jehová.
15 Y los levitas bajaron el Arca de Jehová y la caja que estaba junto a ella, en la que estaban los objetos de oro, y las pusieron sobre aquella gran piedra; y los hombres de Bet-semes ofrecieron holocaustos e hicieron sacrificios a Jehová en aquel día.
16 Y los cinco príncipes de los filisteos lo vieron y se volvieron a Ecrón el mismo día.
17 Estas, pues, son las hemorroides de oro que pagaron los filisteos a Jehová como ofrenda por la culpa: por Asdod una, por Gaza una, por Ascalón una, por Gat una, por Ecrón una.
18 Y los ratones de oro fueron conforme al número de todas las ciudades de los filisteos pertenecientes a los cinco príncipes, desde las ciudades fortificadas hasta las aldeas sin muro, y hasta la gran piedra de Abel sobre la cual pusieron el Arca de Jehová, piedra que está en el campo de Josué, el bet-semita, hasta hoy.
19 Entonces hirió Dios a los hombres de Bet-semes porque habían mirado en el Arca de Jehová; e hirió del pueblo a setenta hombres y cincuenta mil hombres Y el pueblo se lamentó porque Jehová había herido al pueblo con gran mortandad.
20 Y dijeron los hombres de Bet-semes: ¿Quién podrá estar delante de Jehová, el Dios santo? ¿Y a quién subirá desde nosotros?
21 Y enviaron mensajeros a los habitantes de Quiriat-jearim, diciendo: Los filisteos han devuelto el Arca de Jehová; descended y subidla a vosotros.

CANTATE DOMINO

Salmo 98
1
Cantad a Jehová cántico nuevo, porque ha hecho maravillas; su diestra lo ha salvado, y su santo brazo.
2
Jehová ha hecho notoria su salvación; a vista de las naciones ha descubierto su justicia.
3
Se ha acordado de su misericordia y de su verdad para con la casa de Israel; todos los términos de la tierra han visto la salvación de nuestro Dios.
4
Cantad alegres a Jehová, toda la tierra; levantad la voz, y aplaudid, y cantad salmos.
5
Cantad salmos a Jehová con arpa; con arpa y voz de cántico.
6
Aclamad con trompetas y sonidos de bocina, delante del rey Jehová.
7
Brame el mar y su plenitud, el mundo y los que en él habitan;
8
Los ríos batan las manos, los montes todos hagan regocijo
9
Delante de Jehová, porque vino a juzgar la tierra. Juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos con rectitud.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Segunda Lección

Hebreos 3

1 Por tanto, hermanos santos, participantes de la vocación celestial, considerad al Apóstol y Sumo Sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús,
2 el cual es fiel al que lo constituyó, como también lo fue Moisés en toda su casa.
3 Porque este es estimado digno de mayor gloria que Moisés, por cuanto tiene mayor honra que la casa el que la edificó.
4 Porque toda casa es edificada por alguien; mas el que creó todas las cosas es Dios.
5 Y Moisés a la verdad fue fiel en toda su casa, como siervo, para testimonio de lo que se había de decir;
6 mas Cristo, como hijo, sobre su casa; la cual casa somos nosotros, si retuviéremos firme hasta el fin la confianza y la gloria de la esperanza.
7 Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz,
8 no endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto,
9 donde me tentaron vuestros padres; me probaron y vieron mis obras cuarenta años.
10 A causa de lo cual me indigné con aquella generación y dije: Siempre yerran en su corazón, y no han conocido mis caminos.
11 Juré, pues, en mi ira: No entrarán en mi reposo.
12 Mirad, hermanos, que en ninguno de vosotros haya corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo;
13 antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy, para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado;
14 porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin el principio de nuestra confianza;
15 entre tanto que se dice: Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación.
16 Porque algunos de los que habían salido de Egipto con Moisés, habiendo oído, provocaron a Dios, aunque no todos.
17 Mas ¿con quiénes estuvo indignado cuarenta años? ¿No fue con los que pecaron, cuyos cuerpos cayeron en el desierto?
18 ¿Y a quiénes juró que no entrarían en su reposo, sino a aquellos que no creyeron?
19 Y vemos que no pudieron entrar por causa de su incredulidad.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Credo de los Apóstoles

Creo en Dios Padre Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra; y en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor; que fue concebido por el Espíritu Santo, nació de la virgen María, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos; subió al cielo; está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso; de donde vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo; la Santa Iglesia Católica; la comunión de los santos; el perdón de los pecados; la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

Salutación y Kyrie

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Oremos.


Señor, ten misericordia de nosotros.

Cristo, ten misericordia de nosotros.

Señor, ten misericordia de nosotros.

Padrenuestro y Súplicas

Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. Danos hoy nuestro pan cotidiano. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal. Amén.

Señor, muéstranos tu misericordia.

Y concédenos tu salvación.

Señor, salva a los gobernantes.

Y escúchanos clementemente cuando te invocamos.

Llena a tus ministros de virtudes.

Y da alegría a tu pueblo elegido.

Señor Dios, defiende a tu pueblo.

Y bendice tu heredad.

Danos paz en nuestros días, oh Señor.

Porque no hay otro que luche por nosotros, sino tú, oh Dios.

Oh Dios, purifica nuestros corazones.

Y no apartes de nosotros tu Santo Espíritu.

Colecta del Día

Concede, te suplicamos, Dios Todopoderoso, que nosotros, que por nuestras malas obras merecemos dignamente ser castigados, seamos misericordiosamente aliviados por el consuelo de tu gracia, por nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Amén.

La segunda colecta de la Oración Vespertina

Oh Dios, de quien proceden todos los deseos santos, los buenos consejos y las obras justas; concede a tus siervos la paz que el mundo no puede dar, para que nuestros corazones se dispongan a obedecer tus mandamientos y, al ser defendidos por ti del temor de nuestros enemigos, podamos vivir en reposo y tranquilidad. Por los méritos de Jesucristo, nuestro Salvador. Amén.

La tercera colecta, para pedir ayuda contra todos los peligros

Aclara nuestras tinieblas, te suplicamos, oh Señor, y por tu gran misericordia defiéndenos de todos los peligros y riesgos de esta noche, por amor de tu único Hijo, nuestro Salvador Jesucristo. Amén.

Oración por las Autoridades Civiles

Dios Todopoderoso, cuyo reino es eterno y cuyo poder es infinito: ten misericordia de toda esta tierra, y gobierna de tal manera los corazones de todos los que tienen autoridad [especialmente — ], para que, reconociendo de quién son ministros, busquen sobre todas las cosas tu honor y gloria; y para que nosotros, junto con todo el pueblo, considerando debidamente de quién proviene la autoridad que ellos ejercen, los honremos fiel y obedientemente, conforme a tu bendita palabra y ordenanza. Por Jesucristo nuestro Señor, que contigo y el Espíritu Santo vive y reina, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Oración por el Clero y la Congregación

Dios Todopoderoso y eterno, que eres el único que hace grandes maravillas; envía sobre nuestros obispos y pastores, y sobre todas las congregaciones a su cargo, el saludable Espíritu de tu gracia; y para que realmente te agraden, derrama sobre ellos el rocío continuo de tu bendición. Concede esto, oh Señor, por el honor de nuestro abogado y mediador, Jesucristo. Amén.

Oración de San Juan Crisóstomo

Dios Todopoderoso, que nos has dado gracia para que en este momento te presentemos nuestras súplicas en común; y has prometido que cuando dos o tres estén congregados en tu nombre, les concederás sus peticiones: cumple ahora, oh Señor, los deseos y peticiones de tus siervos, según les convenga más, concediéndonos en este mundo el conocimiento de tu verdad y en el venidero la vida eterna. Amén.

2 Corintios 13:14

La gracia del Señor Jesucristo, y el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.

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