Exhortación
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Absolución
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Cántico 1
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Oración Vespertina

Fecha: 21 de marzo de 2025

Viernes de la Segunda Semana de Cuaresma

Exhortación General

Muy amados hermanos, las Sagradas Escrituras nos exhortan en muchos lugares a confesar y reconocer la multitud de nuestros pecados y maldades, y a no disimularlas ni ocultarlas ante nuestro Dios y Padre celestial, sino a confesarlas con un corazón humilde, contrito y penitente, para alcanzar el perdón de ellas por su infinita bondad y misericordia. Y aunque en todo tiempo debemos hacer una humilde confesión de nuestras culpas ante su divina presencia, esta obligación es especialmente necesaria cuando nos reunimos para darle gracias por los grandes e inefables beneficios que recibimos de su generosa mano, para proclamar su alabanza, escuchar su santa Palabra y pedirle todo lo necesario, tanto para el cuerpo como para el alma. Por tanto, les ruego a todos los que están aquí presentes que, con un corazón verdaderamente humillado, me acompañen diciendo:

Confesión General

Padre Todopoderoso y misericordioso, nos hemos desviado de tus caminos como ovejas perdidas. Hemos seguido demasiado los deseos y anhelos de nuestro propio corazón. Hemos quebrantado tus santos mandamientos. No hemos hecho lo que debíamos hacer, y hemos hecho lo que no debíamos y no hay salud en nosotros. Pero tú, Señor, ten misericordia de nosotros, miserables pecadores. Perdona a quienes confiesan sus faltas. Restablece a los que se arrepienten, según tus promesas declaradas a la humanidad en Cristo Jesús, nuestro Señor. Y por amor a él, concédenos, oh Padre misericordioso, que de ahora en adelante vivamos una vida piadosa, justa y sobria, para la gloria de tu santo Nombre. Amén.

Absolución

El Dios Todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que no desea la muerte del pecador, sino que se convierta y viva, y que ha otorgado poder y mandato a sus ministros para declarar y pronunciar al pueblo arrepentido la absolución y el perdón de sus pecados: Él perdona y absuelve a todos los que verdaderamente se arrepienten y sinceramente creen en su evangelio. Por lo tanto, roguémosle que nos conceda un verdadero arrepentimiento y su Santo Espíritu, para que las obras que ahora realizamos le sean agradables, y para que nuestra vida de aquí en adelante sea pura y santa, de modo que finalmente podamos gozar de su gloria eterna, por Jesucristo, nuestro Señor.

Padrenuestro y Súplicas

Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. Danos hoy nuestro pan cotidiano. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.

Señor, abre nuestros labios.

Y nuestra boca proclamará tu alabanza.

Señor, apresúrate a socorrernos.

Señor, date prisa en ayudarnos.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo;

Como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Alabado sea el Señor.

El nombre del Señor sea alabado.

Salmo 106

1 Alabad a Jehová, porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia.
2 ¿Quién expresará los hechos poderosos de Jehová? ¿contará todas sus alabanzas?
3 Bienaventurados los que guardan juicio, los que hacen justicia en todo tiempo.
4 Acuérdate de mí, oh Jehová, en tu benevolencia para con tu pueblo; visítame con tu salvación,
5 para que yo vea el bien de tus escogidos, para que me goce en la alegría de tu nación y me gloríe con tu heredad.
6 Pecamos con nuestros padres, hicimos iniquidad, hicimos impiedad.
7 Nuestros padres en Egipto no entendieron tus maravillas; no se acordaron de la muchedumbre de tus misericordias, sino que se rebelaron junto al mar, en el mar Rojo.
8 Pero los salvó por causa de su nombre, para hacer notorio su poder.
9 Y reprendió al mar Rojo y lo secó, y los hizo ir por el abismo como por un desierto.
10 Y los salvó de mano del que los aborrecía, y los rescató de mano del adversario.
11 Y cubrieron las aguas a sus enemigos; no quedó ni uno de ellos.
12 Entonces creyeron en sus palabras y cantaron su alabanza.
13 Bien pronto se olvidaron de sus obras; no esperaron su consejo.
14 Y desearon con codicia en el desierto y tentaron a Dios en la soledad.
15 Y él les dio lo que pidieron, mas envió debilidad en sus almas.
16 Después tuvieron celos de Moisés en el campamento, y de Aarón, el santo de Jehová.
17 Se abrió la tierra y tragó a Datán, y cubrió el grupo de Abiram.
18 Y se encendió el fuego en su grupo; la llama quemó a los impíos.
19 Hicieron becerro en Horeb y se postraron ante una imagen de fundición.
20 Así cambiaron su gloria por la imagen de un buey que come hierba.
21 Olvidaron al Dios de su salvación, que había hecho grandezas en Egipto,
22 maravillas en la tierra de Cam, cosas formidables sobre el mar Rojo.
23 Y dijo que los hubiera destruido, de no haberse puesto Moisés, su escogido, en la brecha delante de él, a fin de apartar su ira para que no los destruyera.
24 Pero aborrecieron la tierra deseable; no creyeron a su palabra,
25 antes murmuraron en sus tiendas y no oyeron la voz de Jehová.
26 Por tanto, alzó su mano contra ellos, para postrarlos en el desierto,
27 y postrar su descendencia entre las naciones, y esparcirlos por las tierras.
28 Se unieron asimismo a Baal-peor y comieron los sacrificios de los muertos.
29 Y provocaron a ira a Dios con sus obras, y se desató la mortandad entre ellos.
30 Entonces se levantó Finees e hizo juicio, y se detuvo la mortandad.
31 Y le fue contado por justicia de generación en generación para siempre.
32 También lo irritaron en las aguas de Meriba, y le fue mal a Moisés por causa de ellos,
33 porque hicieron que se rebelara su espíritu, y habló precipitadamente con sus labios.
34 No destruyeron a los pueblos que Jehová les dijo;
35 sino que se mezclaron con las naciones y aprendieron sus obras,
36 y sirvieron a sus ídolos, los cuales les fueron por tropiezo.
37 Y sacrificaron sus hijos y sus hijas a los demonios,
38 y derramaron la sangre inocente, la sangre de sus hijos y de sus hijas, que sacrificaron a los ídolos de Canaán; y la tierra fue contaminada con sangre.
39 Se contaminaron así con sus obras y fornicaron con sus hechos.
40 Entonces se encendió el furor de Jehová sobre su pueblo y abominó su heredad;
41 y los entregó en manos de las naciones, y se enseñorearon de ellos los que los aborrecían.
42 Y sus enemigos los oprimieron y fueron quebrantados debajo de su mano.
43 Muchas veces los libró, pero ellos se rebelaron contra su consejo y fueron humillados por su iniquidad.
44 Con todo, él miraba cuando estaban en angustia, y oía su clamor,
45 y se acordaba de su pacto con ellos, y se arrepentía conforme a la muchedumbre de sus misericordias.
46 Hizo asimismo que tuvieran de ellos compasión todos los que los tenían cautivos.
47 Sálvanos, Jehová Dios nuestro, y júntanos de entre las naciones, para que loemos tu santo nombre, para que nos gloriemos en tus alabanzas.
48 Bendito sea Jehová Dios de Israel, desde el siglo y hasta el siglo; y diga todo el pueblo: Amén Aleluya.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Primera Lección

Jueces 11

1 Y Jefté, el galaadita, era hombre valiente, hijo de una ramera, y Galaad había engendrado a Jefté.
2 Y la mujer de Galaad también le había dado hijos; y cuando los hijos de la mujer crecieron, echaron fuera a Jefté diciéndole: No heredarás en la casa de nuestro padre, porque eres hijo de otra mujer.
3 Huyendo, pues, Jefté de delante de sus hermanos, habitó en la tierra de Tob; y se juntaron con Jefté hombres ociosos que salían con él.
4 Y aconteció que después de algunos días los hijos de Amón hicieron guerra contra Israel.
5 Y cuando los hijos de Amón hicieron guerra contra Israel, los ancianos de Galaad fueron para traer a Jefté de la tierra de Tob,
6 y dijeron a Jefté: Ven, y serás nuestro capitán, para que peleemos contra los hijos de Amón.
7 Y Jefté respondió a los ancianos de Galaad: ¿No me aborrecisteis vosotros y me echasteis de la casa de mi padre? ¿Por qué, pues, venís ahora a mí cuando estáis en aflicción?
8 Y los ancianos de Galaad respondieron a Jefté: Por esta misma causa volvemos ahora a ti, para que vengas con nosotros y pelees contra los hijos de Amón, y nos seas por cabeza a todos los habitantes de Galaad.
9 Jefté entonces dijo a los ancianos de Galaad: Si me hacéis volver para que pelee contra los hijos de Amón y Jehová los entregare delante de mí, ¿seré yo vuestra cabeza?
10 Y los ancianos de Galaad respondieron a Jefté: Jehová sea testigo entre nosotros, si no hiciéremos como tú dices.
11 Entonces Jefté vino con los ancianos de Galaad, y el pueblo lo eligió por su cabeza y capitán; y Jefté habló todas sus palabras delante de Jehová en Mizpa.
12 Y envió Jefté mensajeros al rey de los hijos de Amón diciendo: ¿Qué tienes tú conmigo, que has venido a mí para hacer guerra en mi tierra?
13 Y el rey de los hijos de Amón respondió a los mensajeros de Jefté: Por cuanto Israel tomó mi tierra cuando subió de Egipto, desde el Arnón hasta el Jaboc y el Jordán; por tanto, devuelve las tierras ahora en paz.
14 Y Jefté volvió a enviar otros mensajeros al rey de los hijos de Amón,
15 para decirle: Jefté ha dicho así: Israel no tomó tierra de Moab ni tierra de los hijos de Amón,
16 sino que al subir Israel de Egipto, anduvo por el desierto hasta el mar Rojo y llegó a Cades.
17 Entonces Israel envió mensajeros al rey de Edom, diciendo: Yo te ruego que me dejes pasar por tu tierra Mas el rey de Edom no los escuchó Envió también mensajeros al rey de Moab, el cual tampoco quiso; por tanto, se quedó Israel en Cades.
18 Después, yendo por el desierto, rodeó la tierra de Edom y la tierra de Moab, y entrando por el lado oriental de la tierra de Moab, acampó al otro lado del Arnón, y no entraron por el término de Moab, porque el Arnón es término de Moab.
19 Y envió Israel mensajeros a Sehón, rey de los amorreos, rey de Hesbón, e Israel le dijo: Te ruego que me dejes pasar por tu tierra hasta mi lugar.
20 Mas Sehón no se fio de Israel para darle paso por su término, sino que juntando Sehón toda su gente, acampó en Jahaza y peleó contra Israel.
21 Pero Jehová, el Dios de Israel, entregó a Sehón y a todo su pueblo en mano de Israel, y los venció; y poseyó Israel toda la tierra del amorreo que habitaba en aquella tierra.
22 Poseyeron también todo el término del amorreo desde el Arnón hasta el Jaboc, y desde el desierto hasta el Jordán.
23 Así que Jehová, el Dios de Israel, echó a los amorreos de delante de su pueblo Israel, ¿y lo has de poseer tú?
24 Lo que te hiciera poseer Quemos, tu dios, ¿no lo poseerías tú? Así poseeremos nosotros todo lo que desposeyó Jehová nuestro Dios de delante de nosotros.
25 ¿tú ahora mejor que Balac, hijo de Zipor, rey de Moab? ¿Tuvo él disputa contra Israel o hizo guerra contra ellos?
26 Mientras Israel ha estado habitando por trescientos años en Hesbón y sus aldeas, y en Aroer y sus aldeas, y en todas las ciudades que están en los términos del Arnón, ¿por qué no las habéis liberado en ese tiempo?
27 Así que yo en nada he pecado contra ti, pero tú me haces mal haciéndome guerra Jehová, el Juez, juzgue hoy entre los hijos de Israel y los hijos de Amón.
28 Mas el rey de los hijos de Amón no atendió a las razones que Jefté le envió a decir.
29 Y el Espíritu de Jehová fue sobre Jefté, y pasó por Galaad y Manasés; y de allí pasó a Mizpa de Galaad, y de Mizpa de Galaad pasó a los hijos de Amón.
30 Y Jefté hizo voto a Jehová, diciendo: Si entregares a los hijos de Amón en mis manos,
31 el que me saliere a recibir de las puertas de mi casa, cuando volviere de los hijos de Amón en paz, será de Jehová y lo ofreceré en holocausto.
32 Pasó, pues, Jefté a los hijos de Amón para pelear contra ellos, y Jehová los entregó en su mano.
33 Y los hirió con gran mortandad desde Aroer hasta llegar a Minit, veinte ciudades; y hasta la vega de las viñas Así fueron humillados los hijos de Amón delante de los hijos de Israel.
34 Y volviendo Jefté a Mizpa, a su casa, he aquí que su hija salió a recibirlo con panderos y con danzas, y ella era sola, su única hija; no tenía fuera de ella otro hijo ni hija.
35 Y sucedió que cuando él la vio, rompió sus vestidos y dijo: ¡Ay, hija mía! , de verdad me has abatido, y tú eres de los que me afligen, porque yo he abierto mi boca a Jehová y no podré retractarme.
36 Ella entonces le respondió: Padre mío, si has abierto tu boca a Jehová, haz de mí como salió de tu boca, ya que Jehová te ha hecho venganza de tus enemigos, de los hijos de Amón.
37 Y dijo a su padre: Concédeme esto: déjame que por dos meses vaya y descienda por los montes, y llore mi virginidad, yo y mis compañeras.
38 Él entonces dijo: Ve Y la dejó por dos meses Y ella fue con sus compañeras y lloró su virginidad por los montes.
39 Pasados los dos meses volvió a su padre, quien le hizo conforme a su voto que había hecho Y ella nunca conoció varón Y fue costumbre en Israel,
40 que de año en año iban las doncellas de Israel a conmemorar a la hija de Jefté, el galaadita, cuatro días al año.

CANTATE DOMINO

Salmo 98
1
Cantad a Jehová cántico nuevo, porque ha hecho maravillas; su diestra lo ha salvado, y su santo brazo.
2
Jehová ha hecho notoria su salvación; a vista de las naciones ha descubierto su justicia.
3
Se ha acordado de su misericordia y de su verdad para con la casa de Israel; todos los términos de la tierra han visto la salvación de nuestro Dios.
4
Cantad alegres a Jehová, toda la tierra; levantad la voz, y aplaudid, y cantad salmos.
5
Cantad salmos a Jehová con arpa; con arpa y voz de cántico.
6
Aclamad con trompetas y sonidos de bocina, delante del rey Jehová.
7
Brame el mar y su plenitud, el mundo y los que en él habitan;
8
Los ríos batan las manos, los montes todos hagan regocijo
9
Delante de Jehová, porque vino a juzgar la tierra. Juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos con rectitud.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Segunda Lección

1 Timoteo 5

1 No reprendas al anciano, sino exhórtalo como a padre; a los más jóvenes, como a hermanos;
2 a las ancianas, como a madres; a las jovencitas, como a hermanas, con toda pureza.
3 Honra a las viudas que en verdad son viudas.
4 Pero si alguna viuda tiene hijos o nietos, aprendan primero a honrar a los de su casa y a recompensar a sus padres, porque esto es lo bueno y agradable delante de Dios.
5 Mas la que en verdad es viuda y ha quedado sola, espera en Dios y es diligente en súplicas y oraciones noche y día.
6 Pero la que vive en deleites, viviendo está muerta.
7 Manda también estas cosas, para que sean irreprensibles.
8 Y si alguno no tiene cuidado de los suyos, y mayormente de los de su casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo.
9 Sea puesta en la lista la viuda no menor de sesenta años, que haya sido esposa de un solo marido,
10 que tenga testimonio de buenas obras; si ha criado hijos, si ha practicado la hospitalidad, si ha lavado los pies de los santos, si ha socorrido a los afligidos, si se ha dedicado a toda buena obra.
11 Pero viudas más jóvenes no admitas, porque, cuando son impulsadas por sus deseos contra Cristo, quieren casarse,
12 incurriendo en condenación por haber abandonado la primera fe.
13 Y también aprenden a ser ociosas, andando de casa en casa; y no solamente ociosas, sino también chismosas y entrometidas, hablando lo que no deben.
14 Quiero, pues, que las que son jóvenes se casen, tengan hijos, gobiernen su casa; que ninguna ocasión den al adversario para hablar mal.
15 Porque ya algunas se han apartado en pos de Satanás.
16 Si algún creyente o alguna creyente tiene viudas, socórralas, y no sea gravada la iglesia, a fin de que ella pueda socorrer a las que de verdad son viudas.
17 Los ancianos que gobiernan bien sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en la palabra y la enseñanza.
18 Porque la Escritura dice: No pondrás bozal al buey que trilla; y: Digno es el obrero de su salario.
19 Contra el anciano no admitas acusación sino con dos o tres testigos.
20 A los que pequen, repréndelos delante de todos, para que los demás también teman.
21 Te requiero delante de Dios y del Señor Jesucristo, y de sus ángeles escogidos, que guardes estas cosas sin prejuicios, no haciendo nada con parcialidad.
22 No impongas las manos con ligereza a nadie ni participes en pecados ajenos; consérvate puro.
23 Ya no bebas agua, sino toma un poco de vino a causa de tu estómago y de tus frecuentes enfermedades.
24 Los pecados de algunos hombres son manifiestos antes que vengan a juicio, mas a otros sus pecados los siguen.
25 Asimismo las buenas obras son manifiestas, y las que son de otra manera no pueden quedar ocultas.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Credo de los Apóstoles

Creo en Dios Padre Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra; y en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor; que fue concebido por el Espíritu Santo, nació de la virgen María, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos; subió al cielo; está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso; de donde vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo; la Santa Iglesia Católica; la comunión de los santos; el perdón de los pecados; la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

Salutación y Kyrie

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Oremos.


Señor, ten misericordia de nosotros.

Cristo, ten misericordia de nosotros.

Señor, ten misericordia de nosotros.

Padrenuestro y Súplicas

Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. Danos hoy nuestro pan cotidiano. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal. Amén.

Señor, muéstranos tu misericordia.

Y concédenos tu salvación.

Señor, salva a los gobernantes.

Y escúchanos clementemente cuando te invocamos.

Llena a tus ministros de virtudes.

Y da alegría a tu pueblo elegido.

Señor Dios, defiende a tu pueblo.

Y bendice tu heredad.

Danos paz en nuestros días, oh Señor.

Porque no hay otro que luche por nosotros, sino tú, oh Dios.

Oh Dios, purifica nuestros corazones.

Y no apartes de nosotros tu Santo Espíritu.

Colecta del Día

Dios Todopoderoso, que ves que no tenemos poder en nosotros mismos para ayudarnos: Guárdanos tanto exteriormente en nuestros cuerpos como interiormente en nuestras almas; para que seamos defendidos de todas las adversidades que puedan acontecer al cuerpo, y de todos los malos pensamientos que puedan asaltar y herir el alma, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

La segunda colecta de la Oración Vespertina

Oh Dios, de quien proceden todos los deseos santos, los buenos consejos y las obras justas; concede a tus siervos la paz que el mundo no puede dar, para que nuestros corazones se dispongan a obedecer tus mandamientos y, al ser defendidos por ti del temor de nuestros enemigos, podamos vivir en reposo y tranquilidad. Por los méritos de Jesucristo, nuestro Salvador. Amén.

La tercera colecta, para pedir ayuda contra todos los peligros

Aclara nuestras tinieblas, te suplicamos, oh Señor, y por tu gran misericordia defiéndenos de todos los peligros y riesgos de esta noche, por amor de tu único Hijo, nuestro Salvador Jesucristo. Amén.

Oración por las Autoridades Civiles

Dios Todopoderoso, cuyo reino es eterno y cuyo poder es infinito: ten misericordia de toda esta tierra, y gobierna de tal manera los corazones de todos los que tienen autoridad [especialmente — ], para que, reconociendo de quién son ministros, busquen sobre todas las cosas tu honor y gloria; y para que nosotros, junto con todo el pueblo, considerando debidamente de quién proviene la autoridad que ellos ejercen, los honremos fiel y obedientemente, conforme a tu bendita palabra y ordenanza. Por Jesucristo nuestro Señor, que contigo y el Espíritu Santo vive y reina, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Oración por el Clero y la Congregación

Dios Todopoderoso y eterno, que eres el único que hace grandes maravillas; envía sobre nuestros obispos y pastores, y sobre todas las congregaciones a su cargo, el saludable Espíritu de tu gracia; y para que realmente te agraden, derrama sobre ellos el rocío continuo de tu bendición. Concede esto, oh Señor, por el honor de nuestro abogado y mediador, Jesucristo. Amén.

Oración de San Juan Crisóstomo

Dios Todopoderoso, que nos has dado gracia para que en este momento te presentemos nuestras súplicas en común; y has prometido que cuando dos o tres estén congregados en tu nombre, les concederás sus peticiones: cumple ahora, oh Señor, los deseos y peticiones de tus siervos, según les convenga más, concediéndonos en este mundo el conocimiento de tu verdad y en el venidero la vida eterna. Amén.

2 Corintios 13:14

La gracia del Señor Jesucristo, y el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.

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