Exhortación
Confesión
Absolución
Padrenuestro
Salmos
1ª Lección
Cántico 1
2ª Lección
Cántico 2
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Bendición

Oración Vespertina

Fecha: 6 de diciembre de 2025

Primer Sábado de Adviento

Exhortación General

Muy amados hermanos, las Sagradas Escrituras nos exhortan en muchos lugares a confesar y reconocer la multitud de nuestros pecados y maldades, y a no disimularlas ni ocultarlas ante nuestro Dios y Padre celestial, sino a confesarlas con un corazón humilde, contrito y penitente, para alcanzar el perdón de ellas por su infinita bondad y misericordia. Y aunque en todo tiempo debemos hacer una humilde confesión de nuestras culpas ante su divina presencia, esta obligación es especialmente necesaria cuando nos reunimos para darle gracias por los grandes e inefables beneficios que recibimos de su generosa mano, para proclamar su alabanza, escuchar su santa Palabra y pedirle todo lo necesario, tanto para el cuerpo como para el alma. Por tanto, les ruego a todos los que están aquí presentes que, con un corazón verdaderamente humillado, me acompañen diciendo:

Confesión General

Padre Todopoderoso y misericordioso, nos hemos desviado de tus caminos como ovejas perdidas. Hemos seguido demasiado los deseos y anhelos de nuestro propio corazón. Hemos quebrantado tus santos mandamientos. No hemos hecho lo que debíamos hacer, y hemos hecho lo que no debíamos y no hay salud en nosotros. Pero tú, Señor, ten misericordia de nosotros, miserables pecadores. Perdona a quienes confiesan sus faltas. Restablece a los que se arrepienten, según tus promesas declaradas a la humanidad en Cristo Jesús, nuestro Señor. Y por amor a él, concédenos, oh Padre misericordioso, que de ahora en adelante vivamos una vida piadosa, justa y sobria, para la gloria de tu santo Nombre. Amén.

Absolución

El Dios Todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que no desea la muerte del pecador, sino que se convierta y viva, y que ha otorgado poder y mandato a sus ministros para declarar y pronunciar al pueblo arrepentido la absolución y el perdón de sus pecados: Él perdona y absuelve a todos los que verdaderamente se arrepienten y sinceramente creen en su evangelio. Por lo tanto, roguémosle que nos conceda un verdadero arrepentimiento y su Santo Espíritu, para que las obras que ahora realizamos le sean agradables, y para que nuestra vida de aquí en adelante sea pura y santa, de modo que finalmente podamos gozar de su gloria eterna, por Jesucristo, nuestro Señor.

Padrenuestro y Súplicas

Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. Danos hoy nuestro pan cotidiano. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.

Señor, abre nuestros labios.

Y nuestra boca proclamará tu alabanza.

Señor, apresúrate a socorrernos.

Señor, date prisa en ayudarnos.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo;

Como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Alabado sea el Señor.

El nombre del Señor sea alabado.

Salmo 32

1 Bienaventurado aquel cuya transgresión es perdonada, y cubierto su pecado.
2 Bienaventurado el hombre a quien Jehová no imputa la iniquidad y en cuyo espíritu no hay engaño.
3 Mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día.
4 Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; se volvió mi verdor en sequedades de verano Selah.
5 Mi pecado te declaré y no encubrí mi iniquidad Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; y tú perdonaste la iniquidad de mi pecado Selah.
6 Por esto orará a ti todo santo en el tiempo en que puedas ser hallado; ciertamente en la inundación de muchas aguas no llegarán estas a él.
7 Tú eres mi refugio; me guardarás de la angustia; con cánticos de liberación me rodearás Selah.
8 Te haré entender y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos.
9 No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento, cuyos arreos son cabestro y freno para sujetar su boca, porque si no, no se acercan a ti.
10 Muchos dolores habrá para el impío; mas al que espera en Jehová, lo rodeará misericordia.
11 Alegraos en Jehová y gozaos, justos, y cantad con júbilo todos vosotros los rectos de corazón.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Salmo 33

1 Alegraos, justos, en Jehová; para los rectos es hermosa la alabanza.
2 Alabad a Jehová con arpa; cantadle salmos con salterio y decacordio.
3 Cantadle cántico nuevo; hacedlo bien, tañendo con júbilo.
4 Porque recta es la palabra de Jehová, y toda su obra es hecha con verdad.
5 Él ama justicia y juicio; de la misericordia de Jehová está llena la tierra.
6 Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, y por el aliento de su boca todo el ejército de ellos.
7 Él junta como en un montón las aguas del mar; él pone en depósitos los abismos.
8 Tema a Jehová toda la tierra; tengan temor de él todos los habitantes del mundo.
9 Porque él dijo, y fue hecho; él mandó, y todo quedó firme.
10 Jehová hace nulo el consejo de las naciones y frustra los designios de los pueblos.
11 El consejo de Jehová permanecerá para siempre; los designios de su corazón, por todas las generaciones.
12 Bienaventurada la nación cuyo Dios es Jehová, el pueblo que él escogió como heredad para sí.
13 Desde los cielos miró Jehová; vio a todos los hijos de los hombres;
14 desde el lugar de su morada miró sobre todos los moradores de la tierra.
15 Él formó el corazón de todos ellos; él considera todas sus obras.
16 El rey no se salva por la multitud del ejército; no escapa el valiente por la mucha fuerza.
17 Vanidad es el caballo para salvarse; por la grandeza de su fuerza no librará a nadie.
18 He aquí, el ojo de Jehová sobre los que lo temen, sobre los que esperan en su misericordia,
19 para librar sus almas de la muerte y para darles vida en tiempo de hambre.
20 Nuestra alma espera a Jehová; nuestra ayuda y nuestro escudo es él.
21 Por tanto, en él se alegrará nuestro corazón, porque en su santo nombre hemos confiado.
22 Sea tu misericordia, oh Jehová, sobre nosotros, según esperamos en ti.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Salmo 34

1 Bendeciré a Jehová en todo tiempo; su alabanza estará continuamente en mi boca.
2 En Jehová se gloriará mi alma; lo oirán los mansos y se alegrarán.
3 Engrandeced a Jehová conmigo y ensalcemos a una su nombre.
4 Busqué a Jehová, y él me oyó y me libró de todos mis temores.
5 A él miraron y fueron alumbrados; y sus rostros no se avergonzaron.
6 Este pobre clamó, y lo oyó Jehová y lo libró de todas sus angustias.
7 El ángel de Jehová acampa alrededor de los que lo temen y los defiende.
8 Gustad y ved que es bueno Jehová; bienaventurado el hombre que confía en él.
9 Temed a Jehová, vosotros sus santos, porque nada falta a los que lo temen.
10 Los leoncillos necesitan, y tienen hambre; pero los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien.
11 Venid, hijos, oídme; el temor de Jehová os enseñaré.
12 ¿Quién es el hombre que desea vida, que desea días para ver el bien?
13 Guarda tu lengua de mal y tus labios de hablar engaño.
14 Apártate del mal y haz el bien; busca la paz y síguela.
15 Los ojos de Jehová están sobre los justos, y atentos sus oídos al clamor de ellos.
16 El rostro de Jehová está contra los que hacen el mal, para cortar de la tierra la memoria de ellos.
17 Clamaron los justos, y Jehová oyó y los libró de todas sus angustias.
18 Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón, y salva a los contritos de espíritu.
19 Muchos son los males del justo, mas de todos ellos lo librará Jehová.
20 El guarda todos sus huesos; ni uno de ellos será quebrantado.
21 Matará al malo la maldad, y los que aborrecen al justo serán condenados.
22 Jehová redime el alma de sus siervos, y no serán condenados cuantos en él confían.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Primera Lección

Isaías 26

1 En aquel día cantarán este cantar en la tierra de Judá: Fuerte ciudad tenemos; salvación puso Dios por muros y antemuro.
2 Abrid las puertas y entrará la gente justa, guardadora de verdades.
3 Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera, porque en ti ha confiado.
4 Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jah Jehová está la roca de los siglos.
5 Porque derribó a los que moraban en las alturas; humilló a la ciudad ensalzada, la humilló hasta la tierra, la derribó hasta el polvo.
6 La hollará el pie, los pies del afligido, los pasos de los menesterosos.
7 El camino del justo es rectitud; tú, oh Recto, pesas la senda del justo.
8 También en el camino de tus juicios, oh Jehová, te hemos esperado; a tu nombre y a tu memoria es el deseo del alma.
9 Con mi alma te he deseado en la noche; y en tanto que dure mi espíritu dentro de mí, madrugaré a buscarte; pues luego que hay juicios tuyos en la tierra, los moradores del mundo aprenden justicia.
10 Se mostrará piedad al impío, pero no aprenderá justicia; en tierra de rectitud hará iniquidad y no mirará la majestad de Jehová.
11 Jehová, tu mano está alzada, pero no ven; verán al fin y se avergonzarán los que envidian a tu pueblo; y a tus enemigos, fuego los consumirá.
12 Jehová, tú dispondrás paz para nosotros, porque también hiciste en nosotros todas nuestras obras.
13 Jehová Dios nuestro, otros señores fuera de ti se han enseñoreado de nosotros, mas solamente por ti nos acordaremos de tu nombre.
14 Están muertos no vivirán; han fallecido, no resucitarán; porque los visitaste y los destruiste, e hiciste perecer toda memoria de ellos.
15 Añadiste al pueblo, oh Jehová, añadiste al pueblo; te hiciste glorioso; extendiste todos los términos de la tierra.
16 Jehová, en la tribulación te buscaron; derramaron oración cuando los castigaste.
17 Como la embarazada cuando se acerca el parto se retuerce y da gritos en sus dolores, así hemos sido delante de ti, oh Jehová.
18 Concebimos, nos retorcimos, dimos a luz viento; ninguna salvación trajimos a la tierra ni cayeron los moradores del mundo.
19 Tus muertos vivirán; junto con mi cadáver resucitarán ¡Despertad y cantad, moradores del polvo! , porque tu rocío será cual rocío de hortalizas, y la tierra echará los muertos.
20 Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras de ti tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la ira.
21 Porque he aquí que Jehová sale de su lugar para visitar la iniquidad del morador de la tierra contra él; y la tierra descubrirá la sangre derramada en ella y no encubrirá más a los que en ella han sido muertos.

MAGNIFICAT

San Lucas 1:46-55
46
Engrandece mi alma al Señor;
47
Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador.
48
Porque ha mirado la bajeza de su sierva; pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones.
49
Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; Santo es su nombre,
50
Y su misericordia es de generación en generación a los que le temen.
51
Hizo proezas con su brazo; esparció a los soberbios en el pensamiento de sus corazones.
52
Quitó de los tronos a los poderosos, y exaltó a los humildes.
53
A los hambrientos colmó de bienes, y a los ricos envió vacíos.
54
Socorrió a Israel su siervo, acordándose de la misericordia
55
De la cual habló a nuestros padres, para con Abraham y su descendencia para siempre.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Segunda Lección

Hebreos 12

1 Por tanto, nosotros también, teniendo alrededor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera puesta delante de nosotros,
2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien, por el gozo puesto delante de él, sufrió la cruz, menospreciando la vergüenza, y se sentó a la diestra del trono de Dios.
3 Considerad, pues, a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que no os fatiguéis desmayando en vuestros ánimos.
4 Aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado;
5 y ya os habéis olvidado de la exhortación que se os dirige como a hijos, diciendo: Hijo mío, no menosprecies el castigo del Señor ni desmayes cuando eres reprendido por él.
6 Porque el Señor al que ama castiga, y azota a todo aquel que recibe por hijo.
7 Si soportáis el castigo, Dios os trata como a hijos; porque, ¿qué hijo es aquel a quien el padre no castiga?
8 Mas si estáis sin castigo, del cual todos han sido hechos participantes, entonces sois bastardos, y no hijos.
9 Por otra parte, tuvimos a nuestros padres según la carne que nos castigaban, y los respetábamos; ¿por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos?
10 Y aquellos, a la verdad, por pocos días nos castigaban como a ellos les parecía, mas este para lo que nos es provechoso, a fin de que participemos de su santidad.
11 Ciertamente ningún castigo al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; mas después da fruto apacible de justicia a los que por él son ejercitados.
12 Por tanto, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas,
13 y haced sendas derechas para vuestros pies, a fin de que lo que es cojo no salga del camino, sino que sea sanado.
14 Seguid la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor;
15 mirando bien que a nadie le falte la gracia de Dios, que ninguna raíz de amargura brotando os perturbe, y por ella muchos sean contaminados;
16 que ninguno sea fornicario o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura.
17 Porque ya sabéis que después, deseando heredar la bendición, fue rechazado, porque no halló lugar para el arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas.
18 Porque no os habéis acercado al monte que se podía tocar, y al fuego encendido, y a la oscuridad, y a las tinieblas, y a la tempestad,
19 y al sonido de la trompeta, y a la voz de las palabras, la cual los que la oyeron rogaron que no se les hablara más,
20 porque no podían soportar lo que se mandaba: Si aun una bestia tocare el monte, será apedreada o atravesada con dardo.
21 Y tan terrible era lo que se veía, que Moisés dijo: Estoy espantado y temblando.
22 Mas os habéis acercado al monte Sion, y a la ciudad del Dios vivo, la Jerusalén celestial, y a la compañía de muchos millares de ángeles,
23 y a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, y a Dios, el Juez de todos, y a los espíritus de los justos hechos perfectos,
24 y a Jesús, el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel.
25 Mirad que no rechacéis al que habla Porque si no escaparon aquellos que rechazaron al que los advertía en la tierra, mucho menos nosotros, si nos apartáramos del que habla desde los cielos.
26 La voz del cual conmovió entonces la tierra, pero ahora ha prometido, diciendo: Aún una vez, y yo conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo.
27 Y esta palabra: Aún una vez, indica la mudanza de las cosas movibles, como de cosas hechas, para que las inamovibles permanezcan.
28 Así que, recibiendo el reino inamovible, retengamos la gracia, por la cual sirvamos a Dios agradándole, con temor y reverencia,
29 porque nuestro Dios es fuego consumidor.

NUNC DIMITTIS

San Lucas 2:29-32
29
Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz, conforme a tu palabra;
30
Porque han visto mis ojos tu salvación,
31
La cual has preparado en presencia de todos los pueblos;
32
Luz para revelación a los gentiles, y gloria de tu pueblo Israel.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Credo de los Apóstoles

Creo en Dios Padre Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra; y en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor; que fue concebido por el Espíritu Santo, nació de la virgen María, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos; subió al cielo; está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso; de donde vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo; la Santa Iglesia Católica; la comunión de los santos; el perdón de los pecados; la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

Salutación y Kyrie

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Oremos.


Señor, ten misericordia de nosotros.

Cristo, ten misericordia de nosotros.

Señor, ten misericordia de nosotros.

Padrenuestro y Súplicas

Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. Danos hoy nuestro pan cotidiano. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal. Amén.

Señor, muéstranos tu misericordia.

Y concédenos tu salvación.

Señor, salva a los gobernantes.

Y escúchanos clementemente cuando te invocamos.

Llena a tus ministros de virtudes.

Y da alegría a tu pueblo elegido.

Señor Dios, defiende a tu pueblo.

Y bendice tu heredad.

Danos paz en nuestros días, oh Señor.

Porque no hay otro que luche por nosotros, sino tú, oh Dios.

Oh Dios, purifica nuestros corazones.

Y no apartes de nosotros tu Santo Espíritu.

Colecta del Día

Dios Todopoderoso, danos gracia para que desechemos las obras de las tinieblas, y nos vistamos con la armadura de la luz, ahora en el tiempo de esta vida mortal, en la cual tu Hijo Jesucristo vino a visitarnos en gran humildad; para que en el último día, cuando venga de nuevo en su gloriosa Majestad, para juzgar a vivos y muertos, resucitemos a la vida inmortal, por él que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, ahora y siempre. Amén.

La segunda colecta de la Oración Vespertina

Oh Dios, de quien proceden todos los deseos santos, los buenos consejos y las obras justas; concede a tus siervos la paz que el mundo no puede dar, para que nuestros corazones se dispongan a obedecer tus mandamientos y, al ser defendidos por ti del temor de nuestros enemigos, podamos vivir en reposo y tranquilidad. Por los méritos de Jesucristo, nuestro Salvador. Amén.

La tercera colecta, para pedir ayuda contra todos los peligros

Aclara nuestras tinieblas, te suplicamos, oh Señor, y por tu gran misericordia defiéndenos de todos los peligros y riesgos de esta noche, por amor de tu único Hijo, nuestro Salvador Jesucristo. Amén.

Oración por las Autoridades Civiles

Dios Todopoderoso, cuyo reino es eterno y cuyo poder es infinito: ten misericordia de toda esta tierra, y gobierna de tal manera los corazones de todos los que tienen autoridad [especialmente — ], para que, reconociendo de quién son ministros, busquen sobre todas las cosas tu honor y gloria; y para que nosotros, junto con todo el pueblo, considerando debidamente de quién proviene la autoridad que ellos ejercen, los honremos fiel y obedientemente, conforme a tu bendita palabra y ordenanza. Por Jesucristo nuestro Señor, que contigo y el Espíritu Santo vive y reina, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Oración por el Clero y la Congregación

Dios Todopoderoso y eterno, que eres el único que hace grandes maravillas; envía sobre nuestros obispos y pastores, y sobre todas las congregaciones a su cargo, el saludable Espíritu de tu gracia; y para que realmente te agraden, derrama sobre ellos el rocío continuo de tu bendición. Concede esto, oh Señor, por el honor de nuestro abogado y mediador, Jesucristo. Amén.

Oración de San Juan Crisóstomo

Dios Todopoderoso, que nos has dado gracia para que en este momento te presentemos nuestras súplicas en común; y has prometido que cuando dos o tres estén congregados en tu nombre, les concederás sus peticiones: cumple ahora, oh Señor, los deseos y peticiones de tus siervos, según les convenga más, concediéndonos en este mundo el conocimiento de tu verdad y en el venidero la vida eterna. Amén.

2 Corintios 13:14

La gracia del Señor Jesucristo, y el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.

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