Exhortación
Confesión
Absolución
Padrenuestro
Salmos
1ª Lección
Cántico 1
2ª Lección
Cántico 2
Credo
Oraciones
Colectas
Bendición

Oración Vespertina

Fecha: 18 de octubre de 2025

San Lucas, Evangelista

Exhortación General

Muy amados hermanos, las Sagradas Escrituras nos exhortan en muchos lugares a confesar y reconocer la multitud de nuestros pecados y maldades, y a no disimularlas ni ocultarlas ante nuestro Dios y Padre celestial, sino a confesarlas con un corazón humilde, contrito y penitente, para alcanzar el perdón de ellas por su infinita bondad y misericordia. Y aunque en todo tiempo debemos hacer una humilde confesión de nuestras culpas ante su divina presencia, esta obligación es especialmente necesaria cuando nos reunimos para darle gracias por los grandes e inefables beneficios que recibimos de su generosa mano, para proclamar su alabanza, escuchar su santa Palabra y pedirle todo lo necesario, tanto para el cuerpo como para el alma. Por tanto, les ruego a todos los que están aquí presentes que, con un corazón verdaderamente humillado, me acompañen diciendo:

Confesión General

Padre Todopoderoso y misericordioso, nos hemos desviado de tus caminos como ovejas perdidas. Hemos seguido demasiado los deseos y anhelos de nuestro propio corazón. Hemos quebrantado tus santos mandamientos. No hemos hecho lo que debíamos hacer, y hemos hecho lo que no debíamos y no hay salud en nosotros. Pero tú, Señor, ten misericordia de nosotros, miserables pecadores. Perdona a quienes confiesan sus faltas. Restablece a los que se arrepienten, según tus promesas declaradas a la humanidad en Cristo Jesús, nuestro Señor. Y por amor a él, concédenos, oh Padre misericordioso, que de ahora en adelante vivamos una vida piadosa, justa y sobria, para la gloria de tu santo Nombre. Amén.

Absolución

El Dios Todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que no desea la muerte del pecador, sino que se convierta y viva, y que ha otorgado poder y mandato a sus ministros para declarar y pronunciar al pueblo arrepentido la absolución y el perdón de sus pecados: Él perdona y absuelve a todos los que verdaderamente se arrepienten y sinceramente creen en su evangelio. Por lo tanto, roguémosle que nos conceda un verdadero arrepentimiento y su Santo Espíritu, para que las obras que ahora realizamos le sean agradables, y para que nuestra vida de aquí en adelante sea pura y santa, de modo que finalmente podamos gozar de su gloria eterna, por Jesucristo, nuestro Señor.

Padrenuestro y Súplicas

Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. Danos hoy nuestro pan cotidiano. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.

Señor, abre nuestros labios.

Y nuestra boca proclamará tu alabanza.

Señor, apresúrate a socorrernos.

Señor, date prisa en ayudarnos.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo;

Como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Alabado sea el Señor.

El nombre del Señor sea alabado.

Salmo 93

1 Jehová reina, se vistió de magnificencia, se vistió Jehová, se ciñó de fortaleza; afirmó también el mundo; no se moverá.
2 Firme es tu trono desde entonces; tú eres eternamente.
3 Alzaron los ríos, oh Jehová, alzaron los ríos su voz; alzaron los ríos sus batientes olas.
4 Más poderoso que el estruendo de las muchas aguas, más que las recias olas del mar, es Jehová en las alturas.
5 Tus testimonios son muy fieles; la santidad conviene a tu casa, oh Jehová, por largos días.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Salmo 94

1 Dios de las venganzas, Jehová, Dios de las venganzas, muéstrate.
2 Ensálzate, oh Juez de la tierra; da el pago a los soberbios.
3 ¿Hasta cuándo los impíos, oh Jehová, hasta cuándo se gozarán los impíos?
4 ¿cuándo pronunciarán, hablarán cosas duras y se vanagloriarán todos los que hacen iniquidad?
5 A tu pueblo, oh Jehová, quebrantan y a tu heredad afligen.
6 A la viuda y al extranjero matan y a los huérfanos quitan la vida.
7 Y dijeron: No verá Jah ni entenderá el Dios de Jacob.
8 Entended, necios del pueblo; y vosotros, insensatos, ¿cuándo seréis sabios?
9 El que plantó el oído, ¿no oirá? El que formó el ojo, ¿no verá?
10 El que castiga a las naciones, ¿no reprenderá? ¿sabrá el que enseña al hombre el conocimiento?
11 Jehová conoce los pensamientos de los hombres, que son vanidad.
12 Bienaventurado el hombre a quien tú, Jah, corriges, y en tu ley lo instruyes,
13 para hacerlo descansar en los días de aflicción, en tanto que para el impío se cava el hoyo.
14 Porque no dejará Jehová a su pueblo ni desamparará a su heredad,
15 sino que el juicio será vuelto a la justicia, y en pos de ella irán todos los rectos de corazón.
16 ¿Quién se levantará por mí contra los malignos? ¿Quién estará por mí contra los que hacen iniquidad?
17 Si no me ayudara Jehová, pronto moraría mi alma en el silencio.
18 Cuando yo decía: Mi pie resbala; tu misericordia, oh Jehová, me sostenía.
19 En la multitud de mis pensamientos dentro de mí, tus consolaciones alegraban mi alma.
20 ¿Se juntará contigo el trono de iniquidades, que hace agravios mediante decretos?
21 Se juntan contra la vida del justo y condenan la sangre inocente.
22 Mas Jehová me ha sido por refugio y mi Dios por roca de mi confianza.
23 Y él hará volver sobre ellos su iniquidad y los destruirá por su propia maldad; los destruirá Jehová nuestro Dios.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Primera Lección

Job 1

1 Hubo un varón en la tierra de Uz llamado Job; y este hombre era perfecto y recto, y temeroso de Dios, y apartado del mal.
2 Y le nacieron siete hijos y tres hijas.
3 Y su hacienda era de siete mil ovejas, y tres mil camellos, y quinientas yuntas de bueyes, y quinientas asnas, y muchísimos criados; y aquel varón era más grande que todos los orientales.
4 E iban sus hijos y hacían banquetes en sus casas, cada uno en su día; y enviaban a llamar a sus tres hermanas, para que comieran y bebieran con ellos.
5 Y acontecía que cuando habían pasado los días del convite, Job enviaba por ellos y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos y habrán maldecido a Dios en sus corazones De esta manera hacía todos los días.
6 Y aconteció que un día vinieron los hijos de Dios a presentarse delante de Jehová, y entre ellos vino también Satán.
7 Y dijo Jehová a Satán: ¿De dónde vienes? Y respondiendo Satán a Jehová, dijo: De rodear la tierra y de andar por ella.
8 Y Jehová dijo a Satán: ¿Has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?
9 Y respondiendo Satán a Jehová, dijo: ¿Teme Job a Dios de balde?
10 ¿No has puesto una cerca alrededor de él, y de su casa, y de todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, su hacienda ha aumentado en la tierra.
11 Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no te maldice en tu rostro.
12 Y dijo Jehová a Satán: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no extiendas tu mano sobre él Y salió Satán de delante de Jehová.
13 Y un día aconteció que sus hijos e hijas comían y bebían vino en casa de su hermano el primogénito,
14 y llegó un mensajero a Job, que le dijo: Estaban arando los bueyes, y las asnas paciendo cerca de ellos,
15 y cayeron sobre ellos los sabeos y los tomaron, y mataron a los criados a filo de espada; y solamente yo escapé, yo solo, para contártelo.
16 Aún estaba este hablando, y llegó otro que dijo: Fuego de Dios cayó del cielo, que quemó las ovejas y los criados, y los consumió; y solamente yo escapé, yo solo, para contártelo.
17 Aún estaba este hablando, y llegó otro que dijo: Los caldeos hicieron tres escuadrones, y acometieron contra los camellos, y los tomaron, y mataron a los criados a filo de espada; y solamente yo escapé, yo solo, para contártelo.
18 Aún estaba este hablando, y llegó otro que dijo: Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en casa de su hermano el primogénito,
19 y he aquí, un gran viento vino del lado del desierto y azotó las cuatro esquinas de la casa, y cayó sobre los jóvenes, y murieron; y solamente yo escapé, yo solo, para contártelo.
20 Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y postrándose en tierra, adoró,
21 y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré allá Jehová dio y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito.
22 En todo esto no pecó Job ni atribuyó a Dios despropósito alguno.

MAGNIFICAT

San Lucas 1:46-55
46
Engrandece mi alma al Señor;
47
Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador.
48
Porque ha mirado la bajeza de su sierva; pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones.
49
Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; Santo es su nombre,
50
Y su misericordia es de generación en generación a los que le temen.
51
Hizo proezas con su brazo; esparció a los soberbios en el pensamiento de sus corazones.
52
Quitó de los tronos a los poderosos, y exaltó a los humildes.
53
A los hambrientos colmó de bienes, y a los ricos envió vacíos.
54
Socorrió a Israel su siervo, acordándose de la misericordia
55
De la cual habló a nuestros padres, para con Abraham y su descendencia para siempre.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Segunda Lección

Gálatas 4

1 También digo: Entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del siervo, aunque es señor de todo,
2 sino que está bajo tutores y administradores hasta el tiempo señalado por el padre.
3 Así también nosotros, cuando éramos niños, estábamos sujetos a servidumbre bajo los rudimentos del mundo.
4 Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, hecho de mujer, hecho súbdito a la ley,
5 para redimir a los que estaban bajo la ley, a fin de recibir la adopción de hijos.
6 Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: ¡Abba, Padre!
7 Así que ya no eres más siervo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por Cristo.
8 Pero en otro tiempo, no conociendo a Dios, servíais a los que por naturaleza no son dioses;
9 mas ahora, habiendo conocido a Dios, o más bien, siendo conocidos por Dios, ¿cómo os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales queréis volver a servir?
10 Guardáis los días, y los meses, y los tiempos, y los años.
11 Temo de vosotros, que haya trabajado en vano entre vosotros.
12 Hermanos, os ruego, sed como yo, porque yo también soy como vosotros Ningún agravio me habéis hecho.
13 Pues vosotros sabéis que por una enfermedad de la carne os anuncié el evangelio al principio,
14 y no desechasteis ni menospreciasteis mi prueba que estaba en mi carne; antes me recibisteis como a un ángel de Dios, como a Cristo Jesús.
15 ¿Dónde está, pues, vuestra bienaventuranza? Porque yo os doy testimonio de que si hubiera sido posible, os habríais sacado vuestros ojos para dármelos.
16 ¿Me he hecho, pues, vuestro enemigo por deciros la verdad?
17 Tienen celo por vosotros, pero no para bien, sino que os quieren excluir para que vosotros tengáis celo por ellos.
18 Bueno es ser celosos en lo bueno siempre, y no solamente cuando estoy presente con vosotros.
19 Hijitos míos, por quienes otra vez sufro dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros,
20 quisiera estar ahora con vosotros y cambiar mi tono, porque estoy perplejo en cuanto a vosotros.
21 Decidme, los que queréis estar bajo la ley, ¿no habéis oído la ley?
22 Porque escrito está que Abraham tuvo dos hijos, uno de la sierva y otro de la libre.
23 Mas el de la sierva nació según la carne, pero el de la libre nació por la promesa.
24 Lo cual se dice como alegoría, porque estas mujeres son los dos pactos; el uno ciertamente del monte Sinaí, que engendró para servidumbre, el cual es Agar.
25 Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, el cual corresponde a la que ahora es Jerusalén, la cual está en servidumbre con sus hijos.
26 Mas la Jerusalén de arriba es libre, la cual es madre de todos nosotros.
27 Porque está escrito: Alégrate, oh estéril, la que no das a luz; prorrumpe y clama, la que no tienes dolores de parto; porque más son los hijos de la abandonada, que de la que tiene marido.
28 Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa.
29 Pero como entonces el que había nacido según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también ahora.
30 Pero, ¿qué dice la Escritura? Echa fuera a la sierva y a su hijo, porque no heredará el hijo de la sierva con el hijo de la libre.
31 De manera, hermanos, que no somos hijos de la sierva, sino de la libre.

NUNC DIMITTIS

San Lucas 2:29-32
29
Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz, conforme a tu palabra;
30
Porque han visto mis ojos tu salvación,
31
La cual has preparado en presencia de todos los pueblos;
32
Luz para revelación a los gentiles, y gloria de tu pueblo Israel.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Credo de los Apóstoles

Creo en Dios Padre Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra; y en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor; que fue concebido por el Espíritu Santo, nació de la virgen María, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos; subió al cielo; está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso; de donde vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo; la Santa Iglesia Católica; la comunión de los santos; el perdón de los pecados; la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

Salutación y Kyrie

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Oremos.


Señor, ten misericordia de nosotros.

Cristo, ten misericordia de nosotros.

Señor, ten misericordia de nosotros.

Padrenuestro y Súplicas

Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. Danos hoy nuestro pan cotidiano. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal. Amén.

Señor, muéstranos tu misericordia.

Y concédenos tu salvación.

Señor, salva a los gobernantes.

Y escúchanos clementemente cuando te invocamos.

Llena a tus ministros de virtudes.

Y da alegría a tu pueblo elegido.

Señor Dios, defiende a tu pueblo.

Y bendice tu heredad.

Danos paz en nuestros días, oh Señor.

Porque no hay otro que luche por nosotros, sino tú, oh Dios.

Oh Dios, purifica nuestros corazones.

Y no apartes de nosotros tu Santo Espíritu.

Colecta del Día

Dios Todopoderoso, que llamaste a Lucas el médico, cuya alabanza está en el evangelio, para ser evangelista y médico del alma: Te plazca que, por las saludables medicinas de la doctrina entregada por él, todas las enfermedades de nuestras almas sean sanadas, por los méritos de tu Hijo Jesucristo nuestro Señor. Amén.

La segunda colecta de la Oración Vespertina

Oh Dios, de quien proceden todos los deseos santos, los buenos consejos y las obras justas; concede a tus siervos la paz que el mundo no puede dar, para que nuestros corazones se dispongan a obedecer tus mandamientos y, al ser defendidos por ti del temor de nuestros enemigos, podamos vivir en reposo y tranquilidad. Por los méritos de Jesucristo, nuestro Salvador. Amén.

La tercera colecta, para pedir ayuda contra todos los peligros

Aclara nuestras tinieblas, te suplicamos, oh Señor, y por tu gran misericordia defiéndenos de todos los peligros y riesgos de esta noche, por amor de tu único Hijo, nuestro Salvador Jesucristo. Amén.

Oración por las Autoridades Civiles

Dios Todopoderoso, cuyo reino es eterno y cuyo poder es infinito: ten misericordia de toda esta tierra, y gobierna de tal manera los corazones de todos los que tienen autoridad [especialmente — ], para que, reconociendo de quién son ministros, busquen sobre todas las cosas tu honor y gloria; y para que nosotros, junto con todo el pueblo, considerando debidamente de quién proviene la autoridad que ellos ejercen, los honremos fiel y obedientemente, conforme a tu bendita palabra y ordenanza. Por Jesucristo nuestro Señor, que contigo y el Espíritu Santo vive y reina, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Oración por el Clero y la Congregación

Dios Todopoderoso y eterno, que eres el único que hace grandes maravillas; envía sobre nuestros obispos y pastores, y sobre todas las congregaciones a su cargo, el saludable Espíritu de tu gracia; y para que realmente te agraden, derrama sobre ellos el rocío continuo de tu bendición. Concede esto, oh Señor, por el honor de nuestro abogado y mediador, Jesucristo. Amén.

Oración de San Juan Crisóstomo

Dios Todopoderoso, que nos has dado gracia para que en este momento te presentemos nuestras súplicas en común; y has prometido que cuando dos o tres estén congregados en tu nombre, les concederás sus peticiones: cumple ahora, oh Señor, los deseos y peticiones de tus siervos, según les convenga más, concediéndonos en este mundo el conocimiento de tu verdad y en el venidero la vida eterna. Amén.

2 Corintios 13:14

La gracia del Señor Jesucristo, y el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.

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